Dante Rivas
Hoy los revolucionarios estamos conmemorando una fecha trascendental, un hecho que sin duda alguna marcó nuestras vidas, la historia de Venezuela y el mundo entero: la siembra de nuestro comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías.
Han pasado ya siete años de ese día de gran tristeza para todos, pero también de gran aprendizaje, pues ese 5 de marzo del 2013 se instaló en cada uno de nuestros corazones un sentimiento mayor de responsabilidad y compromiso patriótico por conservar los ideales humanistas, sociales y libertarios que el Gigante nos legó. El tiempo lo ha hecho más grande y sus ideas siguen más vivas que nunca.
Sus acciones despertaron la conciencia de los venezolanos y de los pueblos vecinos. Despertaron el sueño de Bolívar y nos enseñaron la importancia de vivir con unidad y en paz. Chávez fue, es y será siempre un símbolo de rebeldía y cambio en positivo. Un claro ejemplo de lucha, batalla y victoria, que debemos honrar siguiendo sus pasos, promoviendo sus enseñanzas y defendiendo los logros y reivindicaciones que alcanzó para su pueblo.
Uno de ellos fue darle el lugar y reconocimiento que merecen nuestras gloriosas mujeres, quienes este 8 de marzo celebraron su día y todos los avances sociales logrados de la mano de esta revolución bonita.
La figura de la mujer es central e irremplazable para los revolucionarios y todo los que promovemos la fortaleza de la familia y el amor. Chávez se esforzó por visibilizarlas, darles lugares y responsabilidades importantes para que con su compromiso, amor e inteligencia nos guiaran en la toma de decisiones; y nuestro presidente, Nicolás Maduro, ha continuado ese camino, llevándolas a asumir roles vitales para nuestra patria. Una gran bendición para todos.
Junto a ustedes y todo nuestro pueblo tenemos el reto de seguir construyendo la Venezuela Potencia soñada por el Gigante. Podemos lograrlo. Recorramos el camino como hermanos, aferrados a nuestra tricolor y venceremos. Un fuerte abrazo.