Aunque era bastante joven para esa fecha, recuerdo muchos hechos de ese período del gobierno dictatorial del General MarcosPérezJiménez. Al margen del clima político represivo e intolerante del régimen contra sus adversarios, los venezolanos de esa época vivíamos en condiciones normales en cuanto a la alimentación, salud, servicios públicos, seguridad, educación y demás aspectos del hábitat. En cuanto a la adquisición de alimentos, bienes y servicios era suficiente el almacenamiento, existencia y calidad de los mismos. La producción nacional, cubría las exigencias de la demanda. No rememoro en unión de los adultos haber hecho grandes colas para adquirir y suplir las necesidades cotidianas de la población. Los servicios públicos, la salud, educación y la infraestructura funcionaban a cabalidad, adecuada y oportunamente. Las mejores construcciones del país en esa área, contentivo de edificaciones, autopistas, parques, puertos, aeropuertos, túneles, plazas y otras obras menores las hizo la administración de PérezJiménez.
Hoy díatodavía son testigos una serie de construcciones que enaltecen la gerencia de esa administración que engrandeció de una manera especial a la Venezuela de entonces, que había sufrido los embates de gobiernos contrarios a un desarrollo armónico integral, en los últimos años del siglo XIX y casi la mitad del siglo XX. De ahí, que millones de venezolanos tienen expresiones favorables a la gestión gobernante déspota relacionada a la administración pública y al desarrollo económico.
Dejemos a un lado la etapa melancólica en lo político y adentrémonos a lo que sucede actualmente en la otrora patria que nos libertó, construyó y dejó nuestro Libertador Simón Bolívar. Por eso, al llegar al poder el nefasto y sempiterno fracasado socialismo en todos los países donde ha desgobernado, los venezolanos empezamos afanosa y paulatinamente a padecer un sinnúmero de calamidades de grueso calibre.
Repasemos grosso modo el vía crucis que desde 1999 sufrimos por la mediocridad, incapacidad, negligencia y falta de sapiencia para encarar la difícil y exasperante situación producida por una bestial crisis sin parangón en las últimas décadas de historia republicana. Aunado al enrarecido clima político y social fomentado y exhibido en los últimos años por el desbarajuste del peor presidente que a mala hora ascendió al Ejecutivo Nacional a la muerte de su Mentor Hugo ChávezFrías.
Veamos las vicisitudes mas apremiantes que soportamos por culpa única del malogrado socialismo del siglo XXI. Entre las más resaltantes son: política económica equivocada, amenazada, confiscada y estatizada, impresión continua de dinero inorgánico por el BancoCentral, causante automático de la hiperinflación devoradora de nuestros ingresos económicos, control de cambio y de precios causantes del desabastecimiento por la merma del aparato productivo y responsable del bachaqueo, enormes colas para adquirir productos, gasolina, gas, medicinas y otros artículos de uso cotidiano,desincentivación de la inversión extranjera y nacional, por falta de una legislación apropiada y respetuosa de la propiedad privada y así sucesivamente existen otros males para lograr una amena, excelente y fructífera convivencia entre el gobierno.
los diferentes sectores de la sociedad y particularmente de los grandes, medianos y pequeñosempresarios, la colectivización de la agricultura y de la empresa privada en Rusia durante el gobierno deStanlin entre 1928 y 1933produjo la debacle de la economía soviética y jugó un papel vital en la disolución de la URRS en 1991 (recomendamos a Maduro mirarse en el espejo de GORBACHOV…)
De no lograrse una mengua, rectificación y disposición para enmendar en lo posible los cúmulos de horrores cometidos desde el alto gobierno, el pueblo venezolano, harto, cansado y humillado por los gobernantes rojos/rojitos por sus tropelías tercas y caprichosamente impuestas, puede reaccionar valiente y violentamente ante tanta transgresión. Semejante y contundente respuesta al soberano para reclamar sus derechos justos, puede repetirse que imitemos la hazaña del 23 de enero de 1958, donde el pueblo cansado del oprobio del gobierno de entonces, echó el resto y con los militares tumbó el gobierno nacional. Hoy el colectivo nacional tienemás razones de peso para quitarse de encima este pésimo, hambreador y destructor de la economía del país. Y “amanecerá y veremos dijo el ciego”.
(Alejo García Sierra) /[email protected]