Carlos Casanova Leal
La organización de base, desde su comunidad, donde usted vive, en su barrio, urbanización, vereda, conjunto residencial, aldea, pueblo etc., es lo más importante para darle sustento, apoyo y movilidad a las acciones que la oposición proponga y planifique. Toda vez que contaría con estructura orgánica en toda la extensión territorial del país, estados, municipios y parroquias.
Hay quienes no le ven importancia; sin embargo, es así, sin organización de base no pueden existir acciones planificadas que respondan a estrategias preconcebidas. Lo podemos apreciar en las acciones de calle que, convocadas como protesta, terminaron en la convocatoria de una asamblea constituyente en Chile y el triunfo electoral en Santiago de la candidata, ahora alcalde, perteneciente al Partido Comunista; igualmente, en Colombia, se convoca un paro y paralizan el país, no por respaldo ciudadano, que no tienen, sino por la acción de los cuadros de activistas organizados en todos los puntos geográficos del país, y están que pasan a la acción de toma del poder.
La revolución comunista en Venezuela, entre otras cosas, es la imposición de los uno, Maduro, uno solo, el que todo lo decide; en su comunidad, el chavista que hace la lista del CLAP, gas, y ahora, si los dejamos, presidentes de los consejos comunales, que en la práctica se reducirá a uno, como autogobierno impuesto, que dicho de otra manera, es el uno gobernando su comunidad por imperio de la ley.
Sin organización seguiremos inactivos en la tarea política diaria y, por tanto, inactivos; con ello, aclaro que el dilema de votar o no votar no entra como solución al problema estructural que tenemos de falta de organización. Que sin organización para la lucha política, votar o no hacerlo forman parte de lo mismo.
Estados Unidos está recibiendo propuestas de sectores partidistas, para que suspendan las sanciones con la contraprestación de unas mejores condiciones electorales; este planteamiento, así formulado, es un error, ya que con esa propuesta no superamos la crisis humanitaria compleja, ni se detiene el éxodo de venezolanos, que tiene como causa y origen el no cumplimiento de la Constitución económica, sino la Constitución económica de Cuba. La comunidad internacional debe exigir en todo caso el retorno a las políticas económicas establecidas en la Constitución Bolivariana, para que de esa manera, por un lado, el gobierno retroceda y, en segundo lugar, el venezolano encontraría un gran respiro, ya que se acabaría la subsistencia, por una normalidad económica que permite reactivar la producción y el trabajo.
El régimen anunció que acabaría con los protectorados y no faltó quien viera en esa declaración un incentivo para promover el ánimo electoral. Lo cierto es que no se escucha en la oposición la denuncia conforme a la cual los protectorados fueron decisión unilateral e inconstitucional de Maduro, instancia no establecida ni en la ley ni la Constitución, a la que le inyectaron recursos, en claro desvío de recursos para instancias que no forman parte de la estructura del Estado y, por tanto, la admisión de la desviación de recursos, sancionada en la ley como delito.
Por otro lado, es indispensable señalar que a las gobernaciones les quitaron sus competencias, lucha en que la oposición, conservando espacios, no fue capaz de articular la defensa de la descentralización y admitió, como hecho cumplido, la liquidación de sus competencias, y las migajas que quedan serán transferidas por ley a las ciudades comunales.
Las alcaldías aún conservan competencias, pero creo que muy pocos están leyendo las leyes que se están aprobando en la Asamblea Nacional, ya que hasta la Policía Municipal pasará a las ciudades comunales, así como los tributos del comercio.
Para avanzar se debe comenzar desde abajo, en la organización.
Dios nos bendice.