Néstor Melani-Orozco *
Parecía un poeta del sur de francia, quién desde San Simón se asombró con los gigantes dibujos de Elíserio Arellano y desde el revestir de los pueblos andinos un día, J. A. Mora, llamado «Morita» se hizo pintor más adentro de los viajes a La Guaira con Joaquín Caicedo, en las inocencias de Agustín Guerrero con sus barcas de un mar adentro y del escenario del Ávila de Pedro Ángel González. Fue pintor de las herencias de la galería San Francisco y con los imaginarios se convirtió en el paisajista notable de Venezuela. Un día de 1973 en la esperanza de nacer mi hijo Pepe Melani, encontré a Morita viajando con un azul Volkswagen y centenares de lienzos para copiar del natural los pueblos y campos bucólicos de los páramos. Venía de aquella Caracas de los méritos de Giovanni Di Munno entre las paletas con flores y la casa taller de la barriada del Márquez. Desde aquel día nos hicimos amigos, nos hablamos del sueño y siempre cordial confesó las auroras de los poetas. En mis visitas a la capital se convertía en anfitrión y nos mostraba sus impresionismos para ser confidente de los colores de Theo Mora, hasta venerar las gestaciones plásticas de Eduardo Rey. Siempre amigo pintando con devoción y sentimiento, del código de Pizarro hasta los albores de Marcos Castillo. En su amistad con Iván Belkys se hizo de los lenguajes y Gabriel Bracho hizo los reclamos de saber las traiciones del técnico ucraniano.
Tantos años hace fui después de mi primer retorno de Europa a visitarlo junto a un hermano de uno de los presidentes de Venezuela, allí en el Márquez, nos enseñó sus obras y recordó el día que le entregó una pintura de su originalidad a un pintor del Táchira para que me la entregara, le escribió una carta y mostró los aromas de sus virtudes. De hombre honrado. Con su gorra negra de la costa francesa y su amor a La Grita donde hizo del sueño en sus armonías. Y de tantos calendarios lo homenajeamos con el llamado «Humogría de Oro». Que grababan para enaltecer los caminos. Fue Morita el defensor de Ignacio Zambrano entre las imágenes frescas de Guillermo Márquez y los mensajes de Pancho Baptista. Aún veo su sonrisa y el pañuelo al cuello.
En mi exposición del Círculo Militar de Caracas en 1987, donde fui con las lluvias andinas y de guitarras Marco Tulio y José Roberto Arellano llevaron los brindis; mientras Hugo Colmenares habló en El Nacional. Morita fue el pintor de la gracia en los hechos notables de una obra poética y sincera entre lo inocente y lo maravilloso, casi como del español Darío de Regoyos o del mundo en su verdadera pureza. Siempre lo recordaremos en las ceremonias de cada amanecer. Y de grises y verdes una violeta meditando los siglos… para entender sus paisajes eternos.
*Artista Nacional. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Premio Nacional del Libro 2019. *Honrado con Salón en su honor en la Gobernación del Táchira. 2022. *La Feria Internacional del Libro 2023.se hizo en su nombre. *Por decreto del Gobernador del Táchira se erigió la Estampilla Fiscal del estado, con sus obras bolivarianas. 2024.