Opinión
¿La basura es oro?
jueves 16 octubre, 2025
Ronny Chacón *
En diversas espacios, en esos momentos de tertulia con el tema de residuos y desechos sólidos, reciclaje y temas afines, alguna persona ha comentado “es que la basura es oro” y con la certeza del caso haciendo la acotación de empresas recicladoras, un viaje hecho, experiencias de alguna ciudad, las maquinas que compran botellas (presuntamente), incluso para quienes tienen una empresa prestadora de servicio de recolección, a lo que casi que por reflejo y en alusión a un pensamiento socrático, se pregunta: ¿De ser así por qué día a día ingresan toneladas y toneladas de oro a los vertederos?, ¿acaso la basura fuese quemada o dejada en un terreno baldío si fuese oro?, generando así, al menos una duda razonable.
Analicemos un poco.
Por un lado, la basura, nombre coloquial a la mezcla de residuos y desechos sólidos, contiene una fracción de materiales que pueden (y deben) ser aprovechables: son los residuos sólidos. Estudios indican que 15-25% de la generación en un hogar son residuos como papel, cartón, vidrio y plástico, que en volumen puede llegar a representar hasta el 80% de la bolsa de aseo. En otras palabras, al separar estos residuos, lo que nos queda para el aseo es mínimo, solo lo de la cocina, baños y otro poco, son los desechos como tal. Esto influye directamente en la recolección, una relación inversamente proporcional: a menor cantidad de desechos mayor eficiencia en recolección. Sencillo, hay menos en la calle que recolectar ¿eso es positivo no? Aquí ya se empieza a ver que esa fracción de residuos tiene un valor potencial con múltiples beneficios, incluyendo lo económico. Esa “basura” empieza a brillar.
Un residuo, dos destinos: aseo como desecho o valorizado.
Todo es reciclable en teoría, lo que termina siendo un mito, pues la realidad, la cruel realidad, es que un residuo solo podría ser valorizado, sí y solo sí: 1) Es separado desde su origen, 2) Depositado en lugar específico, 3) Recolectado y transportado, 4) Exista la organización que lo procese. En planificación estratégica, son actividades primarias, siendo actividades de apoyo lo fundamentado en lo educativo, comunicacional, legislativo (ordenanza municipal), lo político-gestión a través del correspondiente plan. ¿Lo necesario y pertinente? El tridente sector público-privado-academia. No es una utopía, ni el sueño desde las palabras de un ingeniero ambiental. San Cristóbal ha dado los primeros pasos para ello (aún resta muchos). Con esto -el residuo- tiene un valor real, bajo un modelo rentable conociendo muy bien los detalles claves para lograrlo. En el caso de residuos electrónicos (RAEE) si es oro (por algunos de sus componentes), aunque es tema para otra ocasión. Y no, de manera individual, ni una alcaldía, empresa, universidad, ni siquiera una gobernación o ministerio puede abarcar todo el esquema. Si fuese posible, ya hubiera sucedido, no estuviera esto escrito, ni usted leyéndolo. Una de las barreras, es que estamos en el año 2025 pero con pensamiento de 1990 de que la solución aparente es tener más camiones de aseo (es acción correctiva, más gasto municipal y a los datos me remito).
La basura es oro por su valor agregado
Es oro, pero no en el sentido inicial de esta conversa escrita, es oro, por el valor agregado de representar la oportunidad de transformar un problema en múltiples opciones de mejora, desde la gestión integral de un ente público, la educación y cultura de una población, la innovación y desarrollo del sector privado, integración, mejor entorno urbano, generación de trabajo, el saneamiento de espacios públicos,. Partiendo de un cambio de perspectiva, ese trabajo colaborativo, respeto al criterio profesional, voluntad y liderazgo. Al final, sea oro o no, una certeza es que, su valor radica en lo que las personas hagan, hablando coloquialmente, si les da igual o no, sabiendo que genera beneficios individuales y colectivos incluso para usted mismo.
Filosóficamente hablando…
En esencia, la máxima nos invita a un cambio radical de perspectiva: a mirar con ojos de alquimista. Nos obliga a detenernos antes de desechar y a preguntar: ¿qué valor intrínseco esconde este residuo? Nos exige ver el potencial en lo descartado, la segunda oportunidad a algo roto presuntamente sin valor. Creatividad, sostenibilidad es un llamado a ir hacia ello, y, sobre todo, de que incluso de las situaciones más adversas, puede surgir algo de incalculable valor. La “basura”, vista así, no es el final, sino la materia prima para un nuevo comienzo, una prueba irrefutable de que la riqueza se encuentra muchas veces donde menos esperamos buscarla.
Por cierto, las maquinas no compran botellas, hacen la devolución de un depósito que se paga al comprar el producto. Pregúntenle a una IA sobre el Pfand de Alemania. Nos vemos cuando nos veamos.
*Ingeniero ambiental
Profesor de la Universidad Nacional Experimental del Táchira – UNET
A la fecha Jefe del Departamento de Ing. Ambiental
Antes Director de la Escuela de Reciclaje
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IG @ronnychacom