Carlos Casanova
Este tema revela varias cosas al mismo tiempo, en principio el problema que no se resuelve, la visión de los gobernantes de estar en el problema como si no existiera solución. La falta de formular una política pública de tiempo moderno a la altura de los países que ya lo tienen resuelto, “cero basura”.
Por otro lado, la basura se ha usado como instrumento judicial contra gobernantes para sacarlos de su camino, inhabilitándolos, derivado del colapso sistémico del problema de la basura, les sirve a los responsables de la crisis del país para aparecer recogiendo basura, en franco acto proselitista, claro, solo en tiempo electoral. Y sirve como negocio de poquitos, negocio monopólico del que tiene los camiones recogedores, de donde se sirven algunos políticos para estar en nómina de camión que no existe. Sirve al contratista del negocio del vertedero de basura. Los que tienen que cambiar el estado actual de las cosas, al parecer saben que no cambiará sin una acción de coordinación de mayor impacto, y se quedan quietos, detrás del no hacer más nada, para seguir con el beneficio.
El problema es que han hecho de la contratación de camiones la solución, como si no existieran más soluciones. A problemas complejos, soluciones integrales, para lograr convertir la basura en recursos. Otros países lo han logrado, solo por mencionar dos: Suecia recicla el 99 % de la basura, importa basura de otros países y produce energía. Noruega superó su capacidad de reciclar basura, y ahora importa basura; estamos hablando entonces de países sin basura, ni vertederos.
¿De quién es la competencia? De los tres niveles de gobierno, cada uno tiene responsabilidad, es una competencia concurrente.
Pero el problema no se puede abordar desde el ángulo político sin considerar la opinión de los expertos, técnicos e ingenieros; ONG vinculadas al tema de reciclaje, así como el de las recicladoras, y muy importante, el estímulo a emprendedores de dedicarse a esta actividad incipiente. En San Cristóbal contamos con una Escuela de Reciclaje, que debe estar en las tareas propias de formación y reclutamiento por sector de los ciudadanos, seleccionando residuos para reciclar.
Se trata, en consecuencia, de abordar el tema desde otra perspectiva; los estudios de ECORETsc enseñan que el 44 % de los residuos son aprovechables, el 39 % es materia orgánica, compostable, y solo un 17 % es desechable.
Este tema de la basura es hoy un problema sanitario importante, en toda Venezuela, de donde el Táchira no es la excepción.
Es indispensable elaborar una única política pública con el concurso de los expertos, que ya manejan el tema con profesionalismo; constituir el Consejo estadal de residuos sólidos, elaborando el plan y proyecto, que incluirá la extensión, formación ciudadana, rutas.
Mi consejo es que incorporen a las ONG, a la UNET, expertos, ministerio del ramo, gobernación y alcaldías. Pero dejando la coordinación a los que pueden gerencialmente conducirlo.
Una iniciativa impulsada desde la gobernación y la alcaldía de San Cristóbal, que incorpore al resto de la institucionalidad del estado, pero dejando a expertos manejar y conducir el plan, bajaría el problema político que enfrenta a los tres niveles de gobierno.
En el Táchira existen expertos en el tema, existen recicladoras, los técnicos tienen la experiencia internacional en el manejo de desechos, para convertirlo en negocio, vale decir, tenemos todo para que la basura deje de ser basura, deje de ser el problema de salud pública que hoy es.
Es tiempo de resolver problemas con la visión de modernidad. La sociedad tachirense es culta y civilizadora; será la primera en incorporarse masivamente en la tarea de hacer de San Cristóbal y el Táchira, unas ciudades limpias, donde la cultura ambiental se imponga como estandarte de vida.
No hay tiempo de perder el tiempo.