Por Julieta Cantos
Pasan los días… la ciudad y sus habitantes siguen “descontrolados”. Basura en la calle, sin transporte, los espacios públicos sin iluminación, los huecos inundando las calles, y tanto o más que el gas ausente, se siente la no organización en su distribución. Las personas en su afán desesperado de resolver individualmente cada quién su necesidad, caen en el círculo de la corrupción, con tal de lograr el acceso a ciertos servicios, llámese gas, buseta o lo que sea. Se percibe en el ambiente un clima de expectativa que siempre genera en mayor o menor medida el acercamiento de unas elecciones, que parecen contradictorias ya que refuerzan al municipio como estructura organizativa. Un municipio que viene de tiempos de la colonia, y que ha demostrado reiteradamente su ineficiencia, que no sirve, porque son instituciones que se han ido alejando de la problemática cotidiana de las comunidades. No obstante, eso es lo que hay, y los líderes que se lanzan como concejales, deben tener claro cuál es su papel dentro del concejo. Son ellos los llamados a participar en la aprobación del presupuesto, en la jerarquización de las inversiones, en la consulta con las comunidades de los diferentes sectores.
Son los que pueden controlar y redirigir la conducción que hasta ahora ha hecho el alcalde, para decepción de todos.
Para el manejo de la ciudad, planificación y resolución de sus problemas es imprescindible tener un catastro actualizado. Con un catastro se manejan datos como la tenencia, valor y parcelamiento de la tierra, permitiendo orientar el desarrollo de la ciudad. Es necesario saber con qué tierras cuenta el Concejo y otros organismos nacionales, estadales y municipales, a fin de planificar y normar.
Se requiere la presencia de técnicos formados, para su ejecución, pero fundamentalmente se requiere la presencia de los diferentes sectores, culturales, económicos, productivos y de las comunidades definiendo sus prioridades.
Debemos rescatar la humanización de nuestra ciudad, y un catastro actualizado, puede permitir rescatar áreas para beneficio de los ciudadanos que la habitan. Los espacios públicos son fundamentales para la convivencia, debemos partir primero del rescate de los mismos, luego de su rescate, pasar a un mantenimiento permanente y luego solo luego, pensar en nuevas inversiones.
Estos nuevos concejales deben tener claro que ya las comunidades están cansadas de esperar por respuestas que deben implementarlas ellos, pero que vienen de la consulta y participación directa de los ciudadanos.
La estructura productiva puede variar significativamente si se tienen en cuenta proyectos que refuercen los diferentes sectores urbanos que conforman nuestra ciudad, integrándose.
¿Hay catastro? Sí, existe uno obsoleto. ¿Por qué no hay un catastro actualizado? No solo es actualizarlo, es definir políticas públicas con el conocimiento y la participación de la ciudadanía.
He allí la tarea más importante de estos nuevos concejales. (Julieta Cantos)
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