Hogan Vega y Dorli Silva
La conducta humana en todas sus formas, desde la más sencilla hasta la más compleja, desde el parpadeo involuntario hasta las acciones y reacciones que puede presentar una persona o varias personas que controlan y dirigen una organización, una empresa, una industria, un comercio, un avión, un tren, un autobús, un barco, entre muchos otros, dependen del diseño del equipo, donde tome en consideración las capacidades o competencias de cada persona, así como sus limitaciones para operarlo. Sin embargo, la naturaleza y magnitud de la relación entre las diferencias de los humanos, pueden establecer modificaciones significativas en el diseño de determinado equipo, por lo que no pueden dejar de relacionar las competencias individuales con las diferentes formas de conducta industrial y la importancia de la influencia de los factores sociales, interacciones humanas, características de los grupos y el tipo de organización.
En otras palabras, la conducta humana en la industria se refiere al estudio de cómo los individuos y los grupos se comportan dentro de los entornos de trabajo, para comprender, predecir y gestionar el comportamiento de los empleados mejorando la productividad, la satisfacción laboral y el bienestar general. Por consiguiente, es de vital importancia el estudio desde la óptica de varias disciplinas que proporcionan los marcos teóricos y metodológicos para su análisis, iniciando por la psicología, que por definición, es la ciencia de la conducta humana, donde se pueden obtener implicaciones inmediatas concernientes a su posición, métodos y contenidos. Además, aporta la comprensión de los procesos mentales y emocionales de los individuos. Por tanto, la psicología industrial y organizacional, en particular, se enfoca en temas como la motivación, el liderazgo, la selección de personal, la formación y el desarrollo y la satisfacción laboral.
En segundo lugar, la sociología, permite analizar la dinámica de los grupos, las estructuras sociales y las interacciones, además ayuda a entender cómo las normas, la cultura organizacional, las redes de comunicación y los roles, influyen en el comportamiento colectivo dentro de una empresa. En tercer lugar, se tiene la antropología. Con ella se contribuye al estudio de las culturas organizacionales, se examinan los valores, rituales, símbolos y mitos que definen la identidad de una empresa y cómo estos elementos afectan la forma en que los empleados se relacionan entre sí y con su trabajo. En cuarto lugar, las ciencias políticas, proporcionan un marco para entender el poder, el conflicto y la negociación dentro de las organizaciones, además analiza las estructuras de poder y la toma de decisiones que influyen en el comportamiento de los empleados y en la dinámica de la empresa.
En quinto lugar, la economía: Ofrece perspectivas sobre los incentivos, la toma de decisiones racionales y la distribución de recursos; también analiza factores económicos, los salarios, las bonificaciones y las condiciones del mercado, el cual afecta la motivación y el comportamiento de los trabajadores. Por tanto, la industria como lugar para estudiar la conducta humana es atractiva porque tiene gran relación con el bienestar de la sociedad. Con la ayuda de las diferentes disciplinas mencionadas, los problemas complejos de la productividad humana, de la ejecución del trabajo, del aprendizaje humano, de la adquisición de destrezas, de la motivación, de los efectos de diferentes incentivos y circunstancias ambientales en la utilización de las competencias humanas, de la seguridad física, de la salud mental, de la interacción entre las necesidades y objetivos de la industria y las necesidades de los trabajadores respecto al desarrollo completo y actualización de sus personalidades, son problemas eminentemente prácticos, donde los estudiosos pragmáticos pueden ver resultados diarios de sus esfuerzos.
A diferencia, la psicología tiene un objetivo básico de introducir el método científico como basamento para la toma de decisiones que envuelven la conducta humana, considerando varios tipos de decisiones que implican diferentes aspectos iniciando por los requerimientos institucionales, dentro de los cuales se tienen el reclutamiento y selección de personal, donde se toman decisiones sobre cómo atraer y elegir a los mejores candidatos para un puesto, además se utilizan pruebas psicológicas, entrevistas y evaluaciones de competencias para predecir el desempeño laboral y asegurar que el nuevo empleado se ajuste a la cultura de la empresa, siendo la meta reducir la rotación de personal y maximizar el talento. Por otra parte, se tiene la formación y desarrollo, donde se decide qué programas de capacitación son necesarios para mejorar las habilidades de los empleados y prepararlos para futuros roles. A través del análisis del rendimiento y las necesidades de la organización, se diseñan planes de carrera que fomenten el crecimiento personal y profesional, aumentando la motivación y el compromiso.
Sin duda, se requiere de la evaluación del desempeño, donde esta área implica tomar decisiones sobre cómo medir el rendimiento de los empleados de manera justa y objetiva, para diseñar sistemas de evaluación que proporcionan retroalimentación constructiva, ayudando a identificar áreas de mejora y sirven de base para decisiones de promoción, compensación o despido. Por su parte, en el clima y cultura organizacional, se toman decisiones para diagnosticar y mejorar el ambiente de trabajo. Los psicólogos evalúan la satisfacción, la comunicación y la moral de los empleados, donde las decisiones en esta área buscan crear un entorno positivo, reducir el estrés laboral, prevenir el acoso y fomentar la colaboración para mejorar la eficiencia y el bienestar general. De igual manera, con el liderazgo y dinámicas de grupo, las decisiones se centran en identificar y desarrollar líderes efectivos, así mismo se implementan programas para mejorar las habilidades de comunicación, la toma de decisiones y la resolución de conflictos, igualmente se analizan las interacciones de los equipos para optimizar la cohesión, la productividad y la capacidad de la organización para alcanzar sus objetivos.
En segunda instancia, se tienen decisiones basadas o modificadas por las características individuales de los empleados para optimizar su rendimiento y bienestar. Esto significa que las estrategias no son universales, sino que se ajustan a las personalidades, habilidades, motivaciones y necesidades de cada persona. A este respecto, el propósito es aprender cómo necesitan arreglarse o modificarse los componentes mecánicos de un sistema industrial con el fin de utilizar más eficientemente las competencias humanas del sistema.
Por ello se hace necesario, la motivación y desempeño, donde las decisiones sobre cómo motivar a los empleados se basan en sí, sus motivaciones son intrínsecas (reconocimiento, crecimiento personal) o extrínsecas (salario, bonificaciones). Por ejemplo, un empleado que busca el crecimiento profesional puede sentirse más motivado con un plan de carrera bien definido, mientras que otro puede responder mejor a incentivos económicos. Se diseñan programas de incentivos y recompensas que se adaptan a las necesidades individuales.
En tercera instancia, las decisiones basadas en percepciones e influencias de grupo, surgen de la necesidad de evaluar y actuar sobre las opiniones o percepciones en la resolución de conflictos, donde el deseo de pertenencia parece ser una característica humana; los humanos de intereses y necesidades semejantes forman grupos, y cuando lo hacen, sus objetivos se hacen más definidos e intensos. Cada trabajador industrial pertenece a muchos grupos que van desde su propio grupo de trabajo hasta su asociación sindical o profesional y hasta los grupos religiosos, políticos, o de la comunidad, que están fuera del ámbito de la empresa. Para tal efecto, la psicología en el ámbito organizacional toma decisiones basadas en cómo los empleados perciben su entorno y cómo las dinámicas de grupo influyen en su comportamiento. Estas decisiones buscan optimizar la colaboración y el rendimiento colectivo, con la comunicación y resolución de conflictos, donde se toman decisiones sobre cómo facilitar la comunicación dentro de la empresa y cómo manejar los conflictos. Es decir, se analizan las percepciones de los empleados sobre la comunicación formal e informal, donde se diseñan talleres de mediación y se establecen protocolos para la resolución de conflictos, asegurando que las interacciones grupales sean constructivas en lugar de destructivas.
Al mismo tiempo, con la innovación y toma de decisiones, se centran en cómo las percepciones y el pensamiento grupal afectan la capacidad de la organización, donde se implementan técnicas como el “brainstorming” o la diversidad de pensamiento para evitar el conformismo y fomentar la creatividad. En síntesis, cualquier sistema dedicado a la producción de bienes y servicios incluye tres elementos esenciales, un subsistema mecánico o de maquinaria, una fuente de potencia y un elemento de control, donde los humanos y las máquinas se entrelazan íntimamente en el proceso de la producción industrial.