Néstor Melani-Orozco *
Una tarde en el lugar de Sabana Grande, por «El Camino de los Andes» el ilustrísimo arzobispo emérito de Mérida: Monseñor Miguel Antonio Salas, me narró la exactitud de la reliquia viva de la Ciudad consagrada en lo más inmenso de un libro grabado en los corazones de un mundo verdadero.
Es La Grita que recibió a millones de peregrinos y se vistió del manto de la luna para mostrarle a los tiempos su herencia originaria con el clamor de Caricuena y de su sangre Humogría donde es la eterna comarca con el título Real de «Ciudad del Espíritu Santo», lo apuntaron en los libros los viajeros y cronistas, entre las letras del Oidor Sotomayor y el retrato en un lienzo de San Blas, mientras depositaban las actas en su Paloma de Plata. Y el hermano Nectario María se consagró a describir las edades. Lo narró Domingo Lupi Orozco entre los cantares del poeta Miguel Ángel Méndez. De saber nosotros de sus nativos esclavizados y llevados amarrados para servir a las legiones del Rey de España en las aún huellas en los destinos que aferró el Virreinato de la Nueva Granada.
Desde lo alto de Llano Largo, y los caminos en los testimonios del cementerio de los muertos donde están las huellas de los sacrificados indios con arcabuces y alabardas entre el dolor y la crueldad de la invasión.
Lo dijo Raúl Salcedo en sus cartas y se vistió La Grita de Orgullo Cultural en la Poetisa Isaura. Es La Grita heredera de los documentales hechos y de las afirmaciones del «Libro Becerro» ahora casi perdido y olvidado.
La Grita, eternidad del viento con las lágrimas de una inmaculada Virgen de los Ángeles del Convento de Santa Clara y de escucharse en los bravíos toros en las celebraciones de las romerías de los encantos de un mundo de Sevilla Vieja. La de Andalucía, del breviario sefardita y de los ámbitos judíos entre su mestizaje de una humanidad de hortelanos, maestros alarifes, educadores, militares, políticos, sacerdotes, poetas, del originario aún en la sangre eterna. Del significado de las tierras por los hombres de Aranjuez.
La Ciudad del Padre Nuestro en el milagro del Cristo Gótico Barroco más antiguo de toda Venezuela, en Tadea de 1610. Voces de la evangelización y testimonios de la Escuela de Arte de un alumno religioso de Fray Francisco de Orellana. En el agradecimiento al notable hecho de Emilio Constantino Guerrero, por su histórica leyenda y la dignidad y su hidalguía. Por sus siete puertas, perdidas y olvidadas y de los campanarios católicos revestidos de torres pareciendo romper el infinito azul del infinito. De la capilla francesa del Seminario Eudista donde tres campanas se perdieron y muy antes lo dijo el anciano sacerdote en el seminario de Palmira, Jean Louis Martí al describirnos qué aquellas reliquias las trajo el padre Jean Baptista Cabaret del castillo donde hacía 500 años, allí falleció Leonardo Da Vinci. Y la ciudad nunca aprecio sus legados inmensos venidos de la Francia de la libertad. Hoy al conmemorar los 142 años de Jesús Manuel Jáuregui Moreno en recibir la parroquia del Espíritu Santo, día 6 de agosto de 1883, día de «La Transfiguración del Señor», al recibir la parroquia, mandó a bajar de la iglesia de los ángeles del Convento al Santo Cristo de los milagros a la iglesia Matriz y lo nombró de fe «Vigilia y Protector» declarando cada seis de los agostos como el día de la peregrinación de amor por el sagrado crucifijo de la eternidad de La Grita. Era de gloria un 1883. Así desde cada destello devenido del relámpago del Catatumbo está la presencia bendita de la oración de amor por la comarca de los poetas. Hablaron los tiempos, se guardaron los baúles y se clamó desde Los Comuneros de 1779 a Bolívar Libertador en 1813. De la gloria de la revolución liberal de los andinos con Cipriano Castro y del saber en sus recuerdos; la memoria inmensa de ser la Antigua Capital de los Andes y dueña de los testimonios de «Ciudad Primogénita».
Ahora desde las noches de estrellas, desde su Banda Municipal convertida en mensajera y del tiempo en la pureza de llamarla «La Ciudad de Abraham» para bendecirla desde su Colegio Seminario y del portentoso Liceo Militar Jáuregui. Es tan inmensa que guarda su carretera centenaria Trasandina y vive el color de los dibujos vendidos y profanados de Pepe Melani, el saber de la filosofía de Fidel Orozco y el remoto emblema de las azules montañas del glacial donde está el santificado aroma de las aguas. Y en la voz de Fruto Vivas revivir el testamento de los siglos. Y del frailejón; los dioses descritos en los libros de las piedras del arte rupestre. La Grita: del inmenso arte del Grupo Teatral «Ricardo Acosta» para leer las memorables páginas de los seres del pueblo. «Ciudad de los Santuarios» y finalmente la dueña de las flores hermosas con la ternura de sus mujeres y el hecho de sus hijos. Y del himno de amor con las lágrimas petrificadas en su corona de espinas. La Grita: «Circasia de los Andes» «Señora de las Montañas» en un amanecer hacia los 450 años de su Refundación por el capitán Francisco de Cáceres. Un Día de Lázaro. Testigo viajero de «La Batalla de Lepanto» con los grabados y el escudo de su símbolo eterno. En nueva Edad de «La Academia de La Grita» ideario del Dr. José Pascual Mora como un saber de las nuevas conciencias y de la beatitud el alma nueva. Para que desde su esencia del vuelo de palomas blancas retornen las semillas del páramo en lo más inmenso de todas las verdades. Y los hijos de los hijos algún día defiendan su eternidad más allá del cielo…
*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *El gobernador Freddy Bernal decretó un Salón en nombre de «Néstor Melani-Orozco» en el Palacio de Los Leones de San Cristóbal. Gobernación del Táchira. 2022. *Cronista de La Grita.