Ahora que el presidente Nicolás Maduro ha anunciado la incorporación de una nueva oleada de ciudades a la Misión Venezuela Bella, es propicio el momento para que a la misma se incorpore a la capital del municipio Jáuregui del estado Táchira, la ciudad de La Grita.
Para la nueva etapa de la Misión, el primer mandatario nacional anunció la incorporación de más de 40 ciudades que, sumadas a las primeras del plan, arrojan un promedio de 70 ciudades, las cuales gozarán de la protección y del apoyo económico del Gobierno nacional.
Las cifras lucen abundantes (último anuncio, 1.500 millones de bolívares soberanos), sumadas a las cuantiosas divisas iniciales (en euros) para el proyecto, que ahora será coordinado por la conocida líder chavista Jacqueline Farías, a quien le deseamos éxito en tan importante misión.
Nos llama la atención el hecho de que a la Misión “Venezuela Bella” se le quiera convertir ahora en un ministerio, según el anuncio del presidente Maduro, cosa que cuestionamos ante los negativos antecedentes que registran en nuestro país los ministerios, lo que llevó al comandante Hugo Chávez a crear las misiones.
En relación a este caso y a pesar de aplaudir la designación de Jacqueline Farías para el importante reto, pensamos que debería conservarse el originario estatus de Misión, como su origen.
Estamos de acuerdo en que la Misión “Venezuela Bella” tenga un líder coordinador y supervisor de las obras. Pensamos que así podrán fiscalizarse mejor los recursos invertidos en estos tiempos de crisis, los cuales son de alta importancia para el Estado venezolano y no pueden ser despilfarrados.
En comentarios anteriores hemos hecho referencia al negativo criterio de hacer solo un maquillaje, cosa que han querido imprimirle algunos funcionarios y contratistas de maletín a las obras de la Misión “Venezuela Bella”, en las primeras de cambio.
En este sentido hemos visto, a través de transmisiones directas por VTV, cómo por un afán protagónico algunos funcionarios les muestran al primer mandatario, Nicolás Maduro, y al país, escenas de las obras que no han sido concluidas en su totalidad y anuncian porcentajes que no se ajustan a la realidad.
Es por ello que aspiramos a que, en este último aspecto, el control y seguimiento a las obras sean supervisados con rigurosidad por la gestión de la coordinadora nacional de la Misión, Jacqueline Farías, para que así se ejecuten obras completas y no adefesios, que nos lleven más tarde a calificar la Misión como Misión “Venezuela Fea”.
En relación a las obras, entendemos que existe un equipo de profesionales calificados, quienes deben evaluar y clasificar a las empresas contratistas que realizan los trabajos para evitar que tengamos a futuro los lamentos. No solo por la mala calidad de los mismos, sino por no haber una pulcra utilización y manejo de los recursos.
En el caso de las ciudades seleccionadas, sin pensar en la discriminación, debe haber características y condiciones que permitan la designación de recursos para las ciudades de mayor valor histórico y arquitectónico en el país.
En muchos casos se han tomado avenidas y obras de poca significación histórica, solo por el afán de iniciar trabajos promovidos por empresas o contratistas “piratas”, favorecidas por padrinazgos o por el despreciado amiguismo.
Hemos señalado, en anteriores escritos, que no queremos ser pájaros de mal agüero a la ahora que se inicia la Misión “Venezuela Bella”, inspirada en las buenas intenciones del presidente Nicolás Maduro, por apoyar obras de importancia para el urbanismo y patrimonio histórico del país.
Sin querer aupar favoritismo o privilegios, deseamos que a la hora de emprender las obras y destinar los recursos para las mismas, se debe tener un criterio de selección y un riguroso criterio histórico, con prevalencia de la importancia arquitectónica o de gran utilidad pública para el patrimonio de la Venezuela Bella.
Es bajo este criterio que pensamos, por ejemplo, que ciudades como La Grita, en el estado Táchira, con un gran valor religioso e histórico en más de 453 años de fundada y con muchos monumentos históricos olvidados, como la Casa de Bolívar (Campaña Admirable) y batallas como la de Angostura de El Cobre, sean íconos tomados en cuenta para su inclusión en la Misión “Venezuela Bella”.
La “Atenas del Táchira” y Ciudad del Santo Cristo de La Grita, con su histórica capilla de Tadea (donde bajaron los ángeles) y el necesario campanario para el nuevo santuario, construido por petición del propio comandante Hugo Chávez, bautizado por él como “Cristo de la Montaña”, deben ser aspectos tomados en cuenta para su inclusión en la Misión “Venezuela Bella” por Jacqueline Farías, quien tiene la palabra.
¡Amanecerá y veremos! (Marco Tulio Arellano)