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Inicio/Opinión/La historia y la sociedad

Opinión
La historia y la sociedad

lunes 1 septiembre, 2025

Hogan Vega y Dorli Silva

Realizar una lectura al libro “Filosofía de las ciencias Humanas y Sociales” de los autores Mardones y Ursua (1988), en la búsqueda de conocimiento y comprensión es un viaje sin fin, en el que cada teoría, ya sea social, humanista o exacta, aporta una pieza esencial al mosaico de la sabiduría humana. Al valorar y combinar estas perspectivas, se puede aspirar a una comprensión más profunda e integral de la realidad. Asimismo, en el contexto de las ciencias sociales, esto significa que la teoría social debe estar en constante diálogo con la realidad social y debe ser capaz de explicar los fenómenos sociales, pero también debe ser capaz de ser revisada y modificada a medida que se adquieren nuevas experiencias.

Por ejemplo, para el filósofo Habermas propone una teoría de la ciencia que integra la dialéctica y la crítica, entendiéndola como un proceso interrelacionado con la historia y la sociedad, es decir que, desde su  perspectiva, se sitúa dentro de la tradición de la teoría crítica de la Escuela de Fráncfort. Él argumenta que la ciencia no es un proceso neutral u objetivo, sino que está intrínsecamente ligada a los intereses humanos y a las estructuras sociales, en otras palabras, Habermas critica la visión positivista de la ciencia, que la concibe como una actividad puramente empírica y libre de valores.

Es decir, Él sostiene que la ciencia se basa en intereses constitutivos del conocimiento, siempre que los intereses técnico-instrumentales se orienten hacia las ciencias empírico-analíticas (como la física o la química). Su objetivo es el control y la manipulación del entorno; además, con el interés práctico-hermenéutico, se encuentra en las ciencias histórico-hermenéuticas (como la historia o la sociología), donde su objetivo es la comprensión mutua y la comunicación, por otra parte, con el interés emancipatorio-crítico, base de las ciencias críticas (como la psicología o la sociología crítica), donde su objetivo es la liberación de las personas de la opresión y de las estructuras de poder que distorsionan la comunicación.

En relación con las implicaciones, de la dialéctica en este contexto se refiere a la interacción y la tensión entre estos tres intereses, mientras que la crítica es la capacidad de la ciencia de reflexionar sobre sus propias bases y de cuestionar las estructuras de poder. A diferencia, Habermas sostiene que la ciencia se desarrolla en un contexto histórico y social, y no de forma aislada. En cuanto a las preguntas que se hacen los científicos, los métodos que utilizan y las teorías que desarrollan están influenciados por los intereses y las estructuras sociales de su época.

En consecuencia, el desarrollo de la física nuclear estuvo ligado a los intereses militares y políticos de la Guerra Fría; de la misma manera, el desarrollo de la medicina está influenciado por las estructuras económicas y sociales que determinan el acceso a la atención médica. En este sentido, Habermas no ve la ciencia como una búsqueda de verdades absolutas, sino como un proceso en constante evolución, en el que el conocimiento se construye a través del diálogo, la crítica y la praxis social; según el estudio, desde la perspectiva de Habermas, la diferencia con otras teorías es que solo se centran en la descripción de los hechos observables, ya que la dialéctica busca entender cómo se interrelacionan los fenómenos sociales y cómo cambian a lo largo del tiempo.

Sin duda, la relación entre teoría y experiencia es fundamental en el pensamiento de Habermas, ya que no se trata de una relación unidireccional en la que la teoría se impone a la experiencia, ni de una relación en la que la experiencia se limita a validar la teoría. En su lugar, es una relación circular en la que la experiencia informa a la teoría y la teoría, a su vez, permite una comprensión más profunda de la experiencia.

Al mismo tiempo, es importante reconocer que la construcción de teorías no es una tarea estática, sino dinámica y sujeta a revisiones y actualizaciones constantes, como dijo el filósofo Karl Popper, “La ciencia avanza mediante conjeturas y refutaciones”. Esta naturaleza dinámica de la construcción de teorías nos invita a mantener una actitud de curiosidad y apertura, dispuestos a aprender de cada nueva perspectiva.

La intersección de las teorías sociales, humanistas y exactas puede llevarnos a un nuevo umbral de comprensión, donde la complejidad humana y la precisión del mundo natural se entrelacen para ofrecer una visión más completa de la existencia. Como lo expresó el físico y filósofo Fritjof Capra, “La interdisciplinariedad es la clave para entender la complejidad del mundo”. Sin embargo, esta convergencia no está exenta de desafíos, ya que la comunicación efectiva entre disciplinas, la integración de métodos y la reconciliación de perspectivas diferentes son solo algunos de los obstáculos que se deben superar, como dijo el matemático y filósofo René Thom, “La comunicación entre disciplinas es un desafío, pero también una oportunidad”.

A pesar de estos desafíos, la recompensa vale la pena, ya que al combinar las teorías sociales, humanistas y exactas, se puede desarrollar soluciones más efectivas para los complejos problemas que se enfrentan en el siglo XXI. Como lo expresó el economista y filósofo Amartya Sen, “La comprensión integral de la realidad es esencial para tomar decisiones informadas”. Por consiguiente, la educación juega un papel crucial en este proceso de convergencia, al educar en una perspectiva interdisciplinaria, se puede preparar a las futuras generaciones para abordar los desafíos globales de manera más efectiva, como dijo el educador y filósofo Paulo Freire, “La educación es un acto de amor y un acto de libertad”.

Por lo tanto, al avanzar en este camino de convergencia, es esencial mantener una actitud de humildad y reconocer los límites del conocimiento, como dijo el filósofo y físico Albert Einstein, “El conocimiento es limitado, pero la imaginación es ilimitada”, al combinar la imaginación con la rigurosidad de las teorías exactas y la profundidad de las teorías sociales y humanistas, se puede aspirar a una comprensión más completa y profunda de la realidad. De ahí que, las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) son otras herramientas que también está transformando la forma en que se construye y comparte teorías, como dijo el teórico de la comunicación Marshall McLuhan, “El medio es el mensaje”, esto plantea nuevas oportunidades para la colaboración y el intercambio de conocimientos a nivel global.

En este sentido, la construcción de teorías se está convirtiendo en una tarea colectiva, donde la colaboración y el diálogo entre expertos de diferentes disciplinas y culturas son esenciales, como lo expresó el filósofo y científico Carl Sagan: “La colaboración es la clave para avanzar en el conocimiento”. Al final, la convergencia de las teorías sociales, humanistas y exactas los invita a reflexionar sobre el propósito de la búsqueda de conocimiento. ¿Qué buscamos al desarrollar teorías y comprender la realidad? La respuesta, como lo expresó el filósofo y poeta Friedrich Nietzsche, “La verdad es un conjunto de creencias que nos permiten vivir”. Al combinar las creencias y perspectivas, se puede desarrollar una verdad más integral y profunda, que les permita vivir en armonía entre nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.

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