Opinión
La sostenibilidad, más que “un eslogan
jueves 2 octubre, 2025
Ronny Chacón*
En los últimos años se ha convertido en una práctica común el uso de la palabra “sostenible”, “ecológico”, “verde” como adjetivo en diversos sectores y ámbitos como el empresarial, turístico e incluso en políticas públicas, donde prácticamente se ha establecido una categoría de productos y/o servicios asociados a este concepto y el mercadeo asociado, pero, realmente ¿de qué trata la sostenibilidad?
Al preguntarle a Gemini, esta inteligencia artificial nos indica que la sostenibilidad “es la capacidad de satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades, buscando un equilibrio entre el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y la justicia social”, es la conceptualización del desarrollo sostenible publicado en el informe Nuestro Futuro Común en 1987, más conocido como el informe de Brundtland de la ONU. Es tener una cuenta de ahorro, que podemos hacer uso de ella, pero de manera racional, de tal manera que nuestros hijos y nietos, hagan uso de la cuenta en su momento y sus hijos y nietos a la vez cuando les corresponda.
Sostenibilidad, siglo XVII, teoría y Thanos.
En 1798, el profesor, economista, sacerdote británico Thomas Malthus, publica su Ensayo sobre el principio de la población, en el que afirmaba que la población tiende a crecer en progresión geométrica, mientras que los alimentos solo aumentan en progresión aritmética, por lo que la población se encuentra siempre limitada por los medios de subsistencia, por ende, debía hacerse algo, originando la Teoría Malthusiana, que palabras más, palabras menos, se fundamenta en la necesidad de acciones muy radicales para control de la población, incluso si eso conlleva a su reducción para garantizar el desarrollo de la misma (siendo Malthus sacerdote).
Dato curioso: la filosofía del personaje de Thanos del universo de comic y cine de Marvel, radica sus acciones inspiradas en la teoría malthusiana, al postular que la población crece exponencialmente mientras que los recursos crecen linealmente, llevando inevitablemente a la escasez y la catástrofe, buscando “equilibrar” el universo y evitar la extinción por sobrepoblación, reduciendo la población a la mitad. Una solución drástica que se asemeja a las propuestas de Malthus para enfrentar la escasez de recurso. Y pensar en ¿duplicar los recursos?, ¿mejorar la eficiencia de los procesos?, ¿un desarrollo sostenible?
Rentabilidad, sustentabilidad y sostenibilidad
El crecimiento de la población siempre estará limitado por los recursos, es decir, siempre estaremos en un nivel de subsistencia hasta el punto de que, o se obtienen más recursos o se mejora la eficiencia en los procesos y todo lo que conlleva de manera concatenada. Es una cadena de valor de productos y servicios, con el menor impacto ambiental, socialmente responsable y bajo un esquema de gobernanza.
Esto no es algo puntual, es una transición progresiva de mejora de procesos, políticas públicas, conciencia ciudadana, integración y coherencia técnico profesional, donde dichos procesos primero deben ser rentables, para ser sustentables en el tiempo y finalmente sostenibles. Si no existe rentabilidad ¿es viable financiar las mejoras? Aquí es donde entra el sector público y la banca, y es que me quedo con una frase que escuché en un evento empresarial “no hay industria sin financiamiento a largo plazo”.
Implementar la sostenibilidad
Existe diversidad de herramientas, más allá de las 169 metas y 17 objetivos del desarrollo sostenibles, metodologías como los criterios ASG (ambiente, sociedad y gobernanza, ESG en inglés), las normas ISO, el esquema del Sistema B de triple impacto, como por nombrar las más relevantes, donde la clave es la organización y voluntad de los actores involucrados, principalmente sector público, privado y la academia, como tridente. Es una prueba de gerencia pública, ya que sus resultados macro son a largo plazo, por ende, los gobernantes de turno no los verán en sus periodos, pero pueden dejar su legado.
Eso sí, reciclar en la organización, ponerle “eco” a sus productos, limpiar un río, no los hace sostenible, suma, es cierto, pero son muchas otras variables que deben analizarse, planificarse objetivos, medirse y certificarse. Es voluntad al final.
Son muchas variables que convergen en la sostenibilidad, por eso es que la sostenibilidad es mucho más que un eslogan de una campaña en redes sociales.
*Ingeniero ambiental
Profesor de la Universidad Nacional Experimental del Táchira UNET
Jefe del Departamento de Ingeniería Ambiental