Opinión

Las competencias académicas

12 de junio de 2024

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Hogan Vega y Dorli Silva

Se vive en un mundo que tiene, cada vez, más incertidumbre; en la era del conocimiento digital, un diploma universitario sirve muy poco si no certifica que su poseedor maneja una serie de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes. Los conocimientos son valiosos para la formacion de un egresado universitario futuro; por tanto, en cada curso que el estudiante matricula, adquiere conocimientos, desde el punto de vista epistemológico. En realidad, los hechos indican todo lo contrario; no hay disciplina, constancia, perseverancia y, mucho menos, interés por adquirir conocimiento y competencias suficientes, mediante el acompañamiento de otros procesos cognoscitivos. Una persona graduada en ingeniería, política, contaduría, sociología, Derecho, medicina o cualquier otra carrera, en una universidad, puede durar poco en su trabajo, pues la realidad laboral, al igual que la vida personal, implican elementos que van más allá del conocimiento especializado o técnico. Un individuo puede saber mucho de su campo, pero puede ser incapaz de producir por él mismo, conocimiento nuevo.  No es creativo, emprendedor, audaz; no puede afrontar situaciones de cambio, de incertidumbre; es incapaz de tomar decisiones, no es emprendedor, ni líder; no puede imaginar escenarios futuros; se niega a aprender de otros campos.

En otras palabras, la falta de valores, en los estudiantes, no les permite entender el cambio de sistema de bachillerato a la universidad; allí existe una brecha de aprendizaje, ya que ellos no están aprobando las asignaturas en educación media. Son cada vez menos competentes en materias fundamentales, en áreas como habilidad verbal, matemática, biología, física, química e inglés, con calificaciones por debajo de diez (10) puntos, en una escala de veinte (20). En consecuencia, la mala calidad del egresado de bachillerato, es motivada por factores múltiples, tales como condiciones internas de las instituciones dentro de su contexto, crisis económica, poco o nulo apoyo de su familia, escasa importancia del trabajo del educador. Este último, en muchos países, es considerado como el factor fundamental del progreso de los mismos.

Por consiguiente, la problemática arrastrada desde bachillerato, sumada a la universitaria, en la producción de conocimiento, parece una utopía, tal como lo expresa Eduardo Galeano, quien afirma en una conocida cita, que “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía?  Para eso, sirve para caminar”. La analogía con la cita de Galeano sobre la gestión del conocimiento, muestra una fantasía total en la formacion de profesionales con las competencias mínimas para ejercer. Al problema de bachillerato, se le suman otros problemas que se observan en pregrado y postgrado en el sistema universitario, como por ejemplo, la modificación de las mallas curriculares; los contenidos de las asignaturas por personas y docentes, sin las competencias en los procesos de la didáctica, así como la ausencia de auditorías e intervenciones académica, administrativa, legal, etc.

Del mismo modo, se observan universidades con postgrados, en las que los docentes no tienen especialización, maestría o doctorado, aparte de que el coordinador académico, apenas tiene estudios de pregrado. De allí que no puede haber aprendizaje, por falta de competencias de los docentes, didáctica inadecuada, docentes y autoridades con personalidad antieducativa, vocabulario abstracto, entre otras cosas. Del mismo modo, otras universidades cuentan con postgrado, pero no tienen asignada una especialización, una maestría y, mucho menos, un doctorado. Todo ello ocurre por falta de liderazgo y la presencia de personas ineficientes en los controles, para la asignación de los mismos.

En resumen, para que se produzca conocimiento nuevo, a través de la investigación, la universidad debe facultar al estudiante en esta destreza; si no lo hace, lo está defraudando. Esa universidad podrá estar formando individuos que repiten lo que dicen los textos y los profesores, pero no a seres pensantes y creativos que produzcan los conocimientos nuevos que demanda la sociedad del siglo XXI; en plena era digital. Los pocos conocimientos que los estudiantes aprenden en la universidad y la falta de lectura, responsabilidad, respeto y las ganas de aprender, los convierten en profesionales que tienen una vida útil muy limitada, académicamente. De igual manera, si los estudiantes no se preocuparon por investigar, por aprender a aprender, seguirán en el mercado laboral, pero con deficiencias, carencias, falta de mística. Peor aún, si aprobaron solamente por su grado de confianza con las autoridades, el futuro que les espera es incierto. La falta de habilidades, destrezas, y valores personales harán de un graduado un profesional con dificultades para permanecer en una organización y para realizarse, profesionalmente. La investigación constituye una destreza indispensable, no solamente en la actividad académica, sino también en el ejercicio profesional del trabajador. Éste debe adaptarse a un ambiente laboral, enfrentarse, cotidianamente a la creatividad, la innovación y la resolución de problemas de la empresa. Todo esto se consigue, solamente, a través de la investigación.

Sobre las bases de las ideas expuestas, la insatisfacción del egresado mediante la exploración y un trabajo de campo a tráves de la observación y la entrevista a profundidad, es necesario minimizar los problemas y estirparlos de raíz con el apoyo de las autoridades nacionales, comunidad educativa en general, directivos de instituciones, docentes, especialistas en didáctica curricular, instituciones científicas, organismos que desarrollen la nueva infraestructura física, de acuerdo con las necesidades de las comunidades, instituciones con hardware y software adaptados la realidad de la inteligencia artificial, y a través del uso de las TIC. El desarrollo del pensamiento complejo es una competencia macro, relevante, que todos los estudiantes deben desarrollar para enfrentar los desafíos actuales y futuros de la humanidad. Todavía más importante es el desarrollo de valores afectivos que generen principios, para determinar las actitudes de todos los involucrados, a partir de los sentimientos y emociones que redunden en metas alcanzadas. Charles Darwin afirmaba que: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.”

Otra forma de contribuir, con la generación de conocimiento, hacia los estudiantes, es identificar qué hacer con los que no tienen formación disciplinar; es decir, fundamentación investigativa, sus características al ingreso y el proceso de formación acumulativa que les inspire un cambio en la forma de aprender. No todos tienen fundamentación previa en los procesos de investigación; especialmente, quienes vienen de formaciones profesionales y disciplinares tienen por lo regular una mayor fundamentación científica. Es por ello que se deben pensar las estrategias regulares, para la formación de competencias en investigación: cursos, seminarios, talleres y artesanía intelectual. En asociación con lo anterior, están los recursos pedagógicos, recursos informáticos y la recurrencia de los enfoques cualitativos y cuantitativos. Asimismo, la incorporación de software especializado, que ayuda a la construcción de conocimiento con el apoyo de la inteligencia artificial.

Todo lo indicado anteriormente conduce a la consolidación de competencias, que desarrollen la acción investigativa como capacidad de conceptualizar, desarrollar modelos explicativos, desplegar la creatividad, combinar flexibilidad y rigurosidad simultáneas en la formulación de los enunciados de los problemas, así como las competencias necesarias para el desarrollo de las asignaturas contempladas en los pénsum académicos, respetando los procesos de enseñanza y aprendizaje.  Al mismo tiempo hay que enfrentar el reto de lograr que se gradúen en el tiempo estipulado por los programas, con trabajos que muestren calidad.

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