Carlos Casanova Leal
Somos los venezolanos víctimas de la influencia de los Castro sobre la revolución que se inició siendo bolivariana para terminar marxista, estamos los ciudadanos heridos de una mutación que va del Estado democrático constitucional al Estado socialista en las leyes comunales, con lo cual no se reconoce la pluralidad política y de pensamiento, consagrada en la carta fundamental.
Es la Constitución y su supervivencia la que garantiza la coexistencia de los venezolanos; si nos corremos del cumplimiento constitucional llegaremos a otro modelo político, social y económico distinto a los preceptuados constitucionalmente y que señala que somos una democracia liberal, pero estamos ya en un modelo distinto.
Perdida la autonomía de los poderes públicos, se eliminan los instrumentos para detener esa deriva que nos arrastra hacia abajo sin forma de detenerlo. Tenemos una mala práctica política, lo que falla es la política.
Estos temas no los discuten los partidos que hacen parte de la Asamblea Nacional, los llamados judicializados; no debaten las razones que expone la revolución para el planteamiento de reforma constitucional, la función constitucional de control político en sus manos quedó eliminada, no confrontan la memoria y cuenta del Ejecutivo, no les entregan ni en formato electrónico el presupuesto.
El llamado a cuidar espacios terminó en gobernaciones y alcaldías siendo el silencio frente a la pérdida de competencias, ya el Estado no es descentralizado, es todo lo contrario, centralizado y presidencialista, a lo que surge la pregunta: ¿Han puesto en el debate nacional esta pérdida de competencias y presupuestos? Tampoco he oído el debate de la pérdida de autonomía del BCV, de la libertad económica, libre empresa, libre competencia.
Si no formulan planteamientos en esta dirección es por lo que están de acuerdo con las formulaciones que los revolucionarios aprueban, si están de acuerdo en todo, ¿son oposición?
Fíjese, por ejemplo: la Ley Orgánica de Procesos Electorales señala que las elecciones se convocan con seis meses de anticipación, la revolución gobernante señala que se convoca en tres meses y los partidos judicializados así lo aceptan. Si no se hace oposición se llega a la otra acera.
De esta manera se deconstruyó el Estado, tenemos una crisis de representación en razón de que el principio de responsabilidad política no existe. La falta de pluralidad política no se puede simular.
El problema es que la tarjeta de la MUD en el último proceso electoral contó con un amplísimo respaldo, dejando a los partidos judicializados muy pero muy lejos, y la revolución decide que la MUD no participe ¿Ustedes creen que el dilema participar o abstenerse se decidirá por apoyar a los iguales de los que la sociedad adversa por no ser claramente opositores? No, la sociedad no lo hará.
La sociedad cuando valora a sus dirigentes mira si ese principio de responsabilidad política se cumple, y si se hace acompañar de una ética y moral pública.
Vamos rumbo a la implantación del Estado socialista con los apoyos silenciosos de los partidos judicializados.
El sol saldrá y pasaremos estos episodios al pasado construyendo entre todos la Venezuela democrática.
Dios delante de nosotros.