Alejo García Sierra
“Si tienes que poner a alguien en un pedestal, pon a los maestros, son héroes de la sociedad” Guy Kawaski.
Una de las características de los profesores universitarios, a través de la historia, es la necesidad de poseer un título para ejercer la docencia. En las primeras instituciones universitarias, la adquisición del título de maestro necesitaba que el candidato pasara un proceso que terminaba en un examen público. El título de maestro o doctor otorgado por las universidades, y unas veces por la Iglesia, daba un estatus y una dignidad a cada candidato. Sin embargo, en época medieval, de acuerdo a ciertos autores, sostienen que los profesores ocupaban espacios restringidos en la sociedad y en las élites políticas de la época. En el caso de desempeñar altos cargos en la Iglesia, sí tenían relevancia como persona y docente. Entre las especialidades de mayor trascendencia sobresalía la de jurista, la cual era la más prestigiosa y daba acceso a una posición social destacada. Con el tiempo, uno de los aspectos más resaltantes era el prestigio y capacidad del docente para atraer alumnos a las universidades. De ahí, la importancia de las instituciones para contratar y retener a profesores eminentes.
Según diferentes legislaciones, en los países, existen varios rangos administrativos y académicos, tales como: catedráticos de bachillerato, de enseñanza secundaria y de universitaria. En esta aparecen las designaciones: profesor ayudante, agregado, asociado, titular, numerario, no numerario, interino, visitante y emérito. En la última fase del proceso de aprendizaje académico postsecundaria impartido en las casas de estudios superiores tienen distintas denominaciones: Educación superior, enseñanza superior, estudios superiores, educación profesional y educación terciaria. Aunado a la función trascendental de la educación superior en la preparación de tipo profesional o académica del alumno, hoy día las instituciones practican funciones de investigación en los diversos niveles de aprendizaje, así como tareas de extensión y asesoramiento, entre otras.
Se considera a la educación superior una de las vías para que los gobiernos se apoyen en ella, como ayuda para preparar y consolidar el desarrollo de los respectivos países. De ahí que en muchos Estados consideran un aporte en el presupuesto de esa área educativa como una inversión social a futuro. Con el tiempo, la educación universitaria ha tenido sus altibajos. Así, en la segunda mitad del siglo XX, a pesar de los inconvenientes económicos y los cambios políticos en unos cuantos países hispanoamericanos, el nivel educativo superior se mantuvo estable en lo relacionado a matrícula estudiantil y a egresados. En ese lapso el impacto de la educación superior en zonas de la población en eminentemente riesgo social fue altamente positivo con su aporte educativo y tecnológico para reducir la pobreza, fortalecer la sociedad, sus valores y aspiraciones de la población.
El cinco de diciembre de 1958 se aprobó una nueva ley de universidades que derogó la existente, creada en 1953 por el régimen de Marco Pérez Jiménez, en el mandato del presidente de la Junta de Gobierno, Dr. Édgar Sanabria, quien era profesor de la Universidad Central de Venezuela. A raíz de esta ley se reconoció y se estableció la autonomía universitaria de los centros de estudios superiores, en su más amplia potestad. Desde entonces, la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU) acordaron celebrar el Día del Profesor Universitario, en reconocido homenaje y tributo al citado docente, autor de dicho decreto y. además. para acordarse y exhortar la importancia en el desarrollo, vigencia y ejecución del concepto y vigencia de la tan ansiada autonomía universitaria en la Venezuela de grandes acontecimientos.
La esencia original, vigencia y consolidación de la autonomía universitaria es uno de los estímulos y requisito esencial para avanzar en el pensamiento crítico de los sectores que defienden y actúan en esos centros educativos superiores. Mediante el Decreto Ley N° 458, sobre las universidades, se contempla y estableció la autonomía académica, administrativa y electoral. En ese orden, los principios fundamentales de la citada ley le otorga entre lo más destacados lo siguiente: autonomía universitaria, cogobierno, extensión académica universitaria, acceso por concursos y periodicidad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre, acceso masivo y gratuito, libertad de cátedra, vinculación de docencia e investigación, inserción en la sociedad y rol de asesoramiento de la universidad, solidaridad latinoamericana e internacional. Unidad obrero – estudiantil e intentos de autofinanciamiento económico.
La vigencia y vigor de la Ley de la Autonomía Universitaria ha sido transgredida por los respectivos gobiernos con la finalidad de acallarla y someterla a sus caprichos. En ese orden, en 1971 es reformada la Ley de Universidades, con la creación de Universidades Experimentales con Reglamentos Especiales y por tanto cercenó su autonomía universitaria. En 1982, las casas de estudios superiores son afectadas con la disminución y regulación presupuestaria. Luego las Normas de Homologación son aplicadas solo a un incremento del recorte presupuestario. En la actualidad, el Gobierno tiene acorraladas a las universidades al disminuirles su presupuesto y en su lugar ha creado una serie de instituciones educativas superiores de escaso crédito y de dudosa capacidad académica.
Al conmemorarse el Día Del Profesor Universitario en Venezuela reconocemos su esfuerzo loable en la formación de los profesionales que tendrán en sus manos la responsabilidad del futuro del universo, su desarrollo, el fortalecimiento y consolidación de la sociedad al ayudar a la solución de sus problemas. Como exprofesor universitario aspiro a que las casas de estudios superiores recuperen el sitial que les corresponde en la sociedad y a mis excolegas, pido al Todopoderoso los ilumine, bendiga y proporcione un bienestar sustentable en estos momentos difíciles ante la crisis que destruye nuestras condiciones de vida normal. Loas en el Día del Profesor Universitario en mi otrora Venezuela de aquellos tiempos felices. (Alejo Garcia S.) /