Opinión
Los pintores de La Grita en la Feria de Táriba
miércoles 13 agosto, 2025
Néstor Melani-Orozco
Estaban allí en la puerta de caballos de la vieja plaza de Toros de Táriba, el insigne doctor López Cárdenas, junto a jóvenes toreros y banderillos. Más el maestro peruano: José María Campos “Campitos” en el sueño de Antonio Gil llamado “El Táriba”, éramos muy jóvenes y desde cada imagen venían las nostalgias de haber sentido los clamores de los tiempos viejos, con la eterna imagen de un testimonio.
El diestro José María Campos fue el padre del pintor continental José Campos Biscardi. Y de cada promesa a la Virgen; vino Giovanni Di Munno, el pintor italiano, y el artista chileno Jorge Copulo. Y nosotros presenciamos esta edad consagrada a cada semilla de los recuerdos… Aún de revivirlo en los dibujos de Nerio Ávila. Es del venir de las reminiscencias de aquella camioneta color beige de Expresos Occidente, que nos llevó desde La Grita a la ciudad de Táriba.
Pues en la Feria de la Consolación habría manifestaciones a la logia de las artes y la fiesta de los toros. Fuimos Los pintores de La Grita, era agosto de 1968 a exponer en el parque exposición de la Barriada “Monseñor Briceño”, entre máquinas de la Singer, de ganaderos con sus reses y de vendedores de fantasías. De un circo mostrando al hombre más alto del mundo y de los confites y la chicha.
De asistir a la Basílica y contemplar las multitudes de pueblos. Asistiendo a la plaza de toros de “Las Margaritas” donde triunfante César Faraco describió el vuelo del cóndor, desde Tomás Campuzano en el secreto inmenso de la voluntad de Hugo Domingo haciéndose empresario de la Feria gestora después de La Grita, Seboruco, de Lobatera y Ejido de Mérida de las corridas de toros más viejas de Venezuela. Para abrir en lo inmenso de Morenito de Maracay. Táriba de los toros viendo a César Girón y a su hermano Curro. Para decirlo en una santidad de la Virgen de Consolación donde los hermanos Colmenares Finol realizaron la bondad del arte en una monumental y desde allí vendrán figuras desde Antonio Bienvenida hasta Bernardo Valencia. De Miguel Antonio Suárez a lo grande de Leonardo Benítez en el consagrado mundo taurino del doctor y poeta Amenodoro Suárez para decirlo en los versos de Omar Mezza y descubrir el tiempo en los siglos eternos. Hoy en cada recuerdo: los Pintores de La Grita. Hugo Rangel, Ignacio Zambrano, Freddy Camargo, Eduardo Rey, Jesús Orozco, Morelani, Carlos García, Néstor Melani-Orozco y el poeta Hugo Colmenares. Fuimos a exponer los manifiestos de la herencia de Pepe Melani entre ritos del paisaje y fuentes inmensas de pintura con los sueños. Aún de recuerdos exponía Leonel Durán en el Salón de Lectura de San Cristóbal y desde cada momento Luis Alfredo Suárez nos acompañó para revivir la existencia de Belisario Rangel, el escultor compañero de Reverón en París y de presenciar las futuras multitudes de Jesús Alviarez Hurtado, dicho en las pertenencias de saber de un pueblo de encantos, donde aún están las artesanías desde la brocha de fique y las benditas alpargatas. De puertas grandes como si aún los caballeros de España vieja hubieran guardado en la Táriba nombrada la segunda “Toledo” las alabardas de un reino y los aborígenes en ceremonias defendido sus tierras. Como huellas en los solares con chirimoyas, manzanas y azucenas del páramo.
Han cruzado 57 años vestidos de aromas del tiempo en las cartas de amor a las bellas hijas tariberas y de la romería perpetua del pueblo con la Virgen patrona del Táchira. Con nosotros pintando en sus calles y desde el azul de una pincelada: un pañuelo rojo en una promesa del alma. Junto a sus aleros y el inmenso cielo de verdades infinitas y de sus hijos consagrados a los caminos del gran cantón de los Andinos en la esencia donde la luna dibuja la real poesía.
Lo dijo un día, el caminante y pintor Anton Ghoerig desde hace un siglo, en las nostalgias de un libro escrito en las verdades de sus cronistas, hablando los ecos en las anotaciones de Horacio Cárdenas Becerra, a Tirso Sánchez Noguera y ahora desde nuestro amigo Antonio Vargas poder enaltecer las defensas de su patrimonio, en las culturas y en un himno de amor a la herencia de los misioneros venidos de Pamplona.
Táriba del Río Rojo donde destella el aroma de las ilusiones de la vida. Bendita la ceremonia de los hijos en los soñadores eternos… Y de cada péndulo de un reloj será para sonar la canción de Luis Felipe Ramón y Rivera afirmando la eternidad del pueblo de encantos…
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*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Cronista de La Grita.