Eduardo Marapacuto
Escribo este mensaje de fin de año 2023 desde la cabaña número cinco, ubicada en un lugar especial de la ciudad de Mérida, donde el viento pasa en silencio, rumbo a encontrase con las nieves eternas de la cumbre andina, con su Pico Bolívar esplendoroso y vestido con la blancura de las nevadas. Es que Venezuela es una gran nación, con ciudades hermosas, con paisajes que deleitan el alma y espíritu de todos los venezolanos y venezolanas. En los andes, tenemos a Mérida, Táchira y Trujillo; también está Maracaibo, con su lago y el relámpago del Catatumbo; Falcón, Barquisimeto, San Carlos, Carabobo, Aragua, Caracas, Miranda; todas las ciudades orientales, entre ellas Barcelona, Puerto la Cruz, La isla de Margarita, Cumaná, Maturín, Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar. Es un deleite cada ciudad, con sus particularidades, sus costumbres, sus comidas y su idiosincrasia. Yo he tenido la suerte de recorrer casi toda Venezuela.
Por eso debemos querer esta patria y amarla con todo el sentido del compromiso, apostando a su independencia, a su soberanía y a su integridad territorial. Por muy fuerte que sea nuestra carga ideológica, debemos siempre apostar por la seguridad de la Nación, defendiendo sus instituciones, su Constitución y su dignidad. Estos no son tiempos para los apátridas ni los traidores, quienes se cansaron de pedir sanciones e invasiones, para venir ahora con el rostro de la falsedad a solicitar apoyo, cuando en verdad son unos farsantes. Mirémonos en el espejo de Argentina, que ha elegido un presidente que anda desbocado, desmantelando el Estado, acabando con la democracia y llevando a todo un pueblo hacia los abismos de la pobreza y la miseria.
Mientras Venezuela es sometida a todos los ataques y la etiquetan como una “feroz dictadura”, en Argentina se ha instalado una cruel y auténtica dictadura fascista, por ello el malestar es general y ya comienzan a escucharse las opiniones que el Presidente recién electo debe salir del poder, como en efecto pudiera ocurrir. Yo particularmente vislumbró una pronta salida y el pueblo de Argentina pueda encontrar la racionalidad de la vida. En el caso de Venezuela, la han sancionado, la han vilipendiado, le han saqueado sus recursos, como el robo de Citgo y el oro depositado en Inglaterra, le pusieron un payaso llamado Guaidó como presidente interino, y así todavía siguen con la cantaleta que ellos van a tomar el poder por una señora traidora en todos sus genes.
El año 2023 ha sido de grandes retos, asumidos por todos y todas con la responsabilidad requerida. Nosotros, como venezolanos y venezolanas somos corresponsables de la seguridad de la Nación, y por lo tanto debemos cumplir con nuestros deberes. Yo creo que cualquier venezolano o venezolana que sea considerado como traidor o traidora debe ser juzgado, sentenciado y condenado por la Constitución y las leyes de la República. Por razones de racionalidad política no dejemos que los traidores y apátridas lleguen al poder porque sería el fin de la Patria.
Ya falta poco para que termine este año 2023, año de reafirmación de los compromisos y de superación de los retos. Con determinación y capacidad hemos sorteado muchas dificultades y así tiene que ser en el año 2004, donde los desafíos los asumiremos con la fortaleza y mucha claridad revolucionaria. A todos y todas mis lectoras, les deseo un feliz año 2024 y gracias por haberme leído durante este año 2023; así seguiremos en el 2024, compartiendo nuestras reflexiones y aportando para el debate de altura. ¡Qué así sea!
Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas. / Investigador RISDI-Táchira