Opinión

Pasión por el Táchira… ciudad y energía -II-

11 de mayo de 2020

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Julieta Cantos

¿Qué es la energía?
Para todos nosotros es habitual tener energía, consumirla. La mayoría tenemos algunos conceptos básicos sobre la energía, sobretodo los recibidos en la escuela…pero se nos olvidó que sus efectos solo se sienten bajo forma de trabajo y calor.

«Energía» proviene de la palabra griega energos que significa «fuerza en acción», es decir, que sin energía, no habría agricultura, irrigación, ropa, cocción, comunicación, y siga que la lista es larga.
Las leyes de la energía (termodinámica) datan del siglo XIX. Y el primer principio de la termodinámica dice que la energía ni se crea, ni se destruye, sino que se transforma.
Sin embargo, en cada transformación una cantidad de energía no se aprovecha. De allí que la habilidad para un manejo eficiente de la energía tiene que ver con el uso de una buena tecnología, con una planificación racional y con buenos hábitos de consumo. Estas tres acciones permiten reducir la cantidad de energía perdida.

Entendemos entonces que la energía es la fuerza en acción, de todos los elementos de la naturaleza incluyéndonos a nosotros mismos. La energía es una propiedad asociada a la vida misma.
El cuerpo humano necesita energía para vivir, y lo mismo pasa con todos los demás elementos del universo y, específicamente de la Tierra. Por eso, precisamente, hay que abordarla en sus aspectos ecológicos, económicos y tecnológicos.

Las fuentes de energía son los recursos existentes en la naturaleza, de los cuales tanto el hombre como la naturaleza, obtenemos las fuerzas para nuestro funcionamiento.
En la tierra coexisten diferentes fuentes de energía: las de las actividades geológicas (energía sísmica), las de atracción (gravitación) y las del Sol.
Esta energía del sol, es lo esencial de la energía total que circula a través del ecosistema. La fotosíntesis, hace posible la vida…incluso permite la existencia de las energías fósiles como el petróleo y el gas.
Esta energía solar se esparce, permitiendo animar los mecanismos del ecosistema terrestre produciendo la luz y el calor
Este derrame provoca una disipación de la energía solar, que es inutilizable.
Esta degradación irreversible de la energía que atraviesa todo el sistema se llama entropía.
El ecosistema terrestre está compuesto, además de energía, por varios reservorios de materia interrelacionados entre sí. Es así como existen reservas de materia inerte o abiótica: aire, roca, agua, las cuales son llamadas respectivamente atmósfera, litosfera e hidrosfera; y reservas de materia viva o biótica: plantas, animales y organismos diversos.
Estas tres reservas abióticas han permitido la vida, la cual es la cuarta esfera: la biósfera. Todas ellas están en relación permanente.
La ecuación de la vida en la tierra sería asi:
(Energía + Atmósfera + Hidrósfera + Litósfera = Biósfera).
De modo que casi todas las fuentes de energía presentes en la Tierra provienen del Sol, y están relacionadas con las 4 esferas.
Nuestras fuentes de energía son las renovables y las no renovables, según sus recursos son ilimitados o no, y por ello tienen una fuerte relación con la economía , es decir, la gestión de los recursos por la humanidad, y con la ecología.
Las grandes revoluciones y avances en nuestra Historia primera, fueron producto del manejo de las energías renovables por el hombre.
Luego vino el uso del carbón, y
las siguientes etapas se marcan por el uso masivo del petróleo…ambas energías no renovables.
El uso de la electricidad evolucionó de una manera acelerada, pero no fue con la primera revolución industrial, sino a partir de la cuarta parte del siglo XIX cuando aparecieron aplicaciones tecnológicas de la electricidad.
La sociedad industrial depende de un uso creciente de energía. Dependemos tanto que la mayoría lo considera como algo natural y adquirido de una vez para siempre: echar gasolina, electricidad en el enchufe o agua en el grifo, representando la producción energética riesgos cada vez mayores para los equilibrios del planeta y de la humanidad.
La energía hay que producirla, transformarla y distribuirla. Se debe saber aprovechar los beneficios y evitar los inconvenientes.
Por ello, y tal como terminamos en el artículo anterior: la producción energética y la geopolítica están muy relacionadas.

Espero haber logrado un buen resumen del primer capítulo del libro de Andrés Bansart, aspirando seguir con el segundo el próximo lunes.
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