Julieta Cantos
Nadie puede estar ausente de la situación que está viviendo nuestra ciudad en torno al problema de la basura. Es totalmente inaudito que desde los espacios de poder no se generen soluciones a un problema tan comprometedor de la salud, y de la calidad de vida de los habitantes, y ya no hablo solo de nuestra ciudad, sino de una parte importante de las ciudades y pueblos de nuestro Estado.
Es inaudito también que las comunidades no ejerzan su propio poder, en tanto dolientes que somos de una actividad que afecta directamente nuestro buen vivir, y los niveles de felicidad que merecemos, en el desarrollo diario de nuestras vidas.
Se puede aducir a los problemas en torno a San Josecito, (y no me refiero a la población), lugar que erradamente se denomina “vertedero”, por cuanto eso es lo único que se hace en ese espacio: verter la basura, siendo que el verdadero problema es que esa área se había escogido para ser desarrollado como un “relleno sanitario”, en donde existen normas específicas para su manejo. Es decir el problema del relleno sanitario de San Josecito, es que nunca ha sido manejado como tal, cuestión que en diferentes oportunidades de períodos distintos fue denunciado para su corrección, sin que se hubieran realizado los correctivos necesarios, sino pañitos de agua caliente, mientras se aplacaban ánimos, y así sucesivamente se continuaba con una mala gestión del mismo.
“El relleno sanitario es un método diseñado para la disposición final de la basura. Este método consiste en depositar en el suelo los desechos sólidos, los cuales se esparcen y compactan reduciéndolos al menor volumen posible para que así ocupen un área pequeña. Luego se cubren con una capa de tierra y se compactan nuevamente al terminar el día”.
El relleno sanitario, hasta ahora, es uno de los métodos más sencillos y de menor inversión, tanto en su construcción como en su operación y mantenimiento, por lo que en su momento fue una decisión muy acertada. Lamentablemente no se tuvo en cuenta el seguimiento de normas básicas, permanentes, para su óptimo funcionamiento, como controlar con drenajes y otras técnicas los líquidos y gases que produce el relleno por la descomposición de la basura, y que deberían proteger el ambiente, acompañado de una supervisión constante, tanto de quienes lo gerencian o administran como de las comunidades. Un relleno de este tipo, evita los problemas de cenizas, recurrentes en quemaderos de basura, y genera empleo para mano de obra no especializada.
Su ubicación permitía prestar el servicio a una población urbana circundante importante, reduciendo los costos de transporte y, de haberse contemplado, hubiera facilitado la supervisión por parte de la comunidad, sobre todo tomando en cuenta la cercanía de la población de San Josecito.
Son espacios que una vez que cumplen su función, si han sido manejados adecuadamente, con todos los controles necesarios, se pueden convertir en parques o campos de juego, seguido de una exhausta supervisión, a fin de que no se construyan viviendas, escuelas, ni ningún tipo de infraestructura pesada, evitando que la población use el sitio indebidamente.
Adicionalmente se puede convertir en un generador de ingresos para los municipios si se plantea la recuperación del gas metano producido, convirtiéndose en una fuente alternativa de energía, para los centros poblados cercanos.
Lamentablemente la falta de voluntad política, y de compromiso con las comunidades, de nuestros dirigentes en estos últimos 40 años, no permitieron que fuera manejado de la manera correcta, y cuando se pudieron hacer los correctivos necesarios, se eludió por los costos de mantenimiento y seguimiento, a pesar de lo que implicaban como inversión para el bienestar de todos, a corto, mediano y largo plazo.
El problema de la basura es de todos. Yo convoco a todos los alcaldes metropolitanos, a que realicen una mancomunidad en torno a este problema y se dediquen a estudiarlo con sus técnicos, comunidades y especialistas, para generar soluciones conjuntas. Uds. señores fueron elegidos para construir ciudad, construir bienestar, generar felicidad, plantear propuestas y soluciones, por y para los ciudadanos. Hagan su labor, actúen como los líderes para lo cual fueron elegidos por su comunidad. Asuman su tarea, dejen de lado sus diferencias, y construyan y gobiernen para todos. Siéntense a pensar, humanicen sus acciones, lidericen los problemas, que en el fondo, no son sino una oportunidad para ejercer la capacidad de querer hacer.
Mis disculpas porque había prometido darle continuidad al planteamiento de la pasada semana, pero creo que la situación actual de la basura debe ser acometida ya!
Clausuren el vertedero, inviertan en recuperarlo como espacio útil, elijan un espacio equivalente que sirva a los municipios adyacentes, inviertan en ese nuevo sitio, como el relleno sanitario que debe ser, pónganse fecha, solucionen en lo mediato, inmediato y futuro, concatenen las ideas e integren las soluciones. Incorporen a las comunidades. Trabajen con inteligencia y consciencia. Debemos reforzar nuestro concepto de democracia participativa. Hagámoslo!!! (Julieta Cantos)