Julieta Cantos
Mis últimos artículos han planteado la necesidad de revisar bibliografía y experiencias referidas a cómo consolidar un desarrollo planificado acorde a nuestras necesidades, poniendo énfasis en nuestra condición geopolítica estratégica fronteriza, señalando el hecho de que “los recursos hídricos son indispensables para el desarrollo de todos los sectores de producción y en muchos casos es un factor importante para el éxito de los programas de esos sectores”, y hete aquí que la Cámara de Comercio del Estado Táchira emitió hace poco unas declaraciones en torno a los cortes eléctricos y cómo han afectado a la población y a los comerciantes, vinculando el problema al bajo afluente de los ríos que alimentan la infraestructura eléctrica provocado por la sequía y los cambios climáticos. Declaraciones producidas por las consecuencias inmediatas en su sector. No obstante, la producción incluye todos los sectores, no solo al industrial, o al comercial, y este es uno de los grandes retos que tenemos como estado: la necesaria conservación y buen uso de nuestras cuencas y hoyas hidrográficas con planes y programas definidos. El Táchira tiene abundantes recursos hídricos, indispensables para cualquier tipo de desarrollo. Existen los estudios detallados así como también existen empresas dedicadas al desarrollo, producción y comercialización de tecnología solar, pero debemos entender que si se secan nuestros ríos no se podrá producir ni comercializar tecnología solar o hidráulica, ya que están íntimamente vinculadas.
El Táchira es un estado productivo por principio y por origen. A diferencia de otras regiones en las que la producción se concentra en pocas manos y grandes extensiones, aquí siempre se ha preferido ser cabeza de ratón que cola de león.
Lo que quiero significar es que el Táchira tiene gran cantidad de pequeños productores, lo cual implica que no existe el latifundio y que lo más común es el minifundio. Además, tenemos cultura y vinculación con la tierra, hecho este bien significativo si entendemos que solo a partir del sector primario puede existir y consolidarse el sector secundario y el terciario. Si no hay producción, no hay manufactura, no hay industria. Sin uno no hay dos y, por supuesto, no hay tres, que son los servicios y la comercialización. Asimismo, el tachirense cree en la formación, en la preparación, en la educación. Es el estado en donde mayor cantidad de personas con menores recursos apuestan a la superación a través del estudio. Adicionalmente, somos emprendedores y tenemos sentido de pertenencia.
Amamos la música, somos musicales, nuestro oído se afina en la magnificencia y soledad de la montaña… Así ha sido por siglos. La mayor cantidad de músicos integrantes de la orquesta nacional siempre han sido tachirenses. Tenemos poetas, ensayistas y prosistas premios nacionales. Los mejores ingenieros industriales, mecánicos y zootecnistas son del Táchira. Nuestra geografía y nuestra gastronomía son producto de lo que somos.
Nuestros agricultores permitieron que fuéramos uno de los pocos estados que no padecimos durante la pandemia por falta de verduras, hortalizas y frutas, siendo que incluso, fíjense ustedes, se llevaban al otro lado de la frontera parte de esa producción. Somos trabajadores, ahorradores, suspicaces, desconfiados, pero cordiales y abiertos al que trabaja, crea y produce. Tenemos la frontera más dinámica de América Latina y una de las más extensas. Eso nos permite tolerancia y flexibilidad. La hemos desarrollado, por esa misma dinámica… lo cual, aunado a nuestra cordialidad, nos hace más humanos ante determinados hechos y/o migraciones. Mucho más que algunos de nuestros países hermanos. Igualmente, somos profundamente emprendedores.
Veo jóvenes emprendedores en diferentes áreas. Se han abierto nuevos espacios de supermercados, sitios de comida diversa con diseños creativos y amigables. Diseñadores de ropa y de prendas. Heladerías que se han mantenido, proyectando y mejorando la calidad de sus productos y servicios. Dulcerías nuevas que compiten con otras ya establecidas con sabores y presentaciones que le están llegando a esos “nichos de especialización” de los que tanto se habla. Productores del campo que se esmeran en utilizar técnicas agroecológicas, cultivando productos “gourmet” para esos mercados: espárragos, hongos, tomates cherries, minihortalizas.
Se podrá estar de acuerdo o no con la forma de hacer ciertas cosas, pero se están haciendo. Uno sale y se integra con la ciudad y se percibe un ambiente diferente. Ya no es solo sentirla limpia e iluminada, es sentirla dinamizada, segura, económicamente activa. Hay un transporte público que ha regularizado sus rutas. Las estaciones de servicio han normalizado, prácticamente, el surtido de gasolina. Las políticas y acciones no se circunscriben a la ciudad sino al estado todo. Y cierro al igual que la semana pasada: Los líderes tienen que ponerse las pilas, los gobernados son más inteligentes e informados de lo que son considerados. Presenten proyectos regionales integrados de producción, formación y desarrollo eco sostenibles y sustentables, y discútanlos públicamente…serán escuchados y comprendidos.
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