Cuando se regala felicidad
25 de noviembre de 2024
Eduardo Gil
Haciendo una revisión rápida del trabajo del Ing. Agr. Germán Briceño de la Red Alimentaria de Venezuela, de los informes de Fedeagro y del material de Jorge Ruiz, consultor agrícola internacional en desarrollo rural y seguridad alimentaria, se observa que todos coinciden en que el sector agropecuario atraviesa una disminución acelerada de su actividad y, por ende, una caída en la producción durante estos últimos veinte años.
La situación se complicó aún más con la aparición de la pandemia causada por el COVIC 19, todo esto hace pensar que está llegando al colapso definitivo como lo han señalado algunos líderes y representantes del sector agropecuario del país. Actualmente, el sector agrícola y pecuario atraviesa una crisis por la falta de combustible, que pone en riesgo la producción al no poder trasladarla del campo a los centros de comercialización y distribución. Para muchos solo es un tomate, una zanahoria, una cebolla, un plátano o un huevo, por nombrar algunos rubros, y no conocen los costos y el gran esfuerzo realizado por esos hombres y mujeres que permiten tener acceso a estos alimentos de uso cotidiano en la comida del venezolano.
Por ello, es importante recordar algunas de las situaciones adversas que han debido y siguen enfrentando los productores agropecuarios en estos últimos 20 años, y donde el gobierno tiene responsabilidad directa. 1) La recuperación de millones de hectáreas por parte del gobierno a través de la confiscación, expropiación, ocupación y negociación, donde los agraviados, en la gran mayoría de los casos, no recibieron compensación alguna, y los procesos productivos fueron interrumpidos; hoy se encuentran improductivos o abandonados. 2) El gobierno ha preferido importar antes que invertir en la producción nacional, en una competencia desleal, ya que las importaciones agroalimentarias ingresan al país sin pagar los aranceles. 3) La caída de los precios reales a nivel del productor, debido al control de los precios ejercidos por el gobierno sobre la mayor parte de los rubros sensibles para la población y sin considerar los costos de producción, ha generado un importante rezago e impactado negativamente el crecimiento del sector. 4) La dependencia por los insumos importados, y las restricciones por parte del gobierno para importarlos a dólar preferencial, ha incrementado de manera exponencial los costos de producción en los últimos años. 5) Se estima que el 85% del parque de maquinarias y equipos de los productores ha cumplido su vida útil (obsolescencia) y el costo de reponerlos es extremadamente alto, por lo que se han visto forzados a canibalizarlos, aumentando el costo y disminuyendo la productividad. 6) El incremento de la inseguridad rural por parte de bandas de delincuentes que dominan y ejercen un control geográfico sin precedentes y que actúan asesinando, secuestrando, cobrando vacuna, y robando maquinaria, equipos, semovientes, insumos, bombas, transformadores, entre otros delitos. 7) La falta de respuesta ante la problemática que confrontan los productores, relacionada con enfermedades y plagas, manejo del suelo, impacto climático, entre otros, por parte de las instituciones del Estado vinculadas con la generación y transferencia de tecnología; a esto se suma el ahogo presupuestario de las universidades, que limita los programas de investigación y extensión dirigidos al sector. 8) La falta de agro insumos se ha convertido en el problema más difícil de superar, debido a que las empresas especializadas en la fabricación y distribución de los fertilizantes, agroquímicos, lubricantes, cauchos y otros, tienen poco o ningún acceso a divisas, y mantienen deudas con los proveedores externos, lo cual afecta el crédito necesario para operar. Esta situación llevó a que la empresa estatal Agropatria se convirtiera en la única responsable de la fabricación y distribución de los agroquímicos, semillas y fertilizantes. Pero, la deficiencia gerencial de esta empresa se tradujo en un pésimo servicio en lo relacionado con el volumen y la calidad de los productos que vende, la asistencia que ofrece y la oportunidad de despacho.
A toda esta problemática se suma la imposición a los productores de entregar a Agropatria el 30% de su producción, como compensación por haberles vendido sus productos; aun cuando no cumplen con sus requerimientos. En lo descrito anteriormente se observa lo intricado y difícil que es producir alimentos en el país, y al parecer seguirá prevaleciendo la involución del sector agropecuario.
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