Opinión
Propiedad privada Vs Propiedad social
sábado 16 agosto, 2025
Carlos Casanova Leal
Entrando en los debates que no quieren dar de cara a la reforma constitucional, y es el tema de la propiedad privada, establecida en la Constitución vigente, pero en la reforma convocada, ¿seguirá? Pues la preocupación es real, toda vez que las leyes del Estado comunal establecen es la llamada propiedad social.
El concepto de propiedad social o propiedad colectiva es una contradicción lógica fundamental que enmascara la destrucción real de la propiedad bajo una fachada de democratización.
Cuando decimos que Pedro posee una casa, queremos decir que Pedro puede decidir quién entra, cómo se usa, si se vende y a qué precio. Esta capacidad de decisión definitiva es la esencia de la propiedad, es decir el poder de disponer. Ahora examina qué significa realmente propiedad social. Si todos son propietarios de todo, entonces nadie es propietario de nada en el sentido económico real. La propiedad social te quita lo que te da la propiedad privada, que es la capacidad para disponer, vender, dar en herencia.
Cuando se dice que una fábrica es propiedad del pueblo, ¿quién exactamente puede decidir qué se produce? ¿Cómo se produce? ¿A quién se vende y a qué precio? La respuesta inevitable es, nadie en específico puede tomar estas decisiones como propietario, ya que no lo son. En la práctica, las decisiones sobre medios de producción socialmente poseídos deben ser tomadas por burócratas estatales que actúan supuestamente en nombre del pueblo. Pero estos burócratas no son propietarios en ningún sentido económico real. No pueden vender los medios de producción. No capturan las ganancias de decisiones acertadas. No sufren pérdidas personales por decisiones erróneas. Son administradores sin las responsabilidades económicas que definen la propiedad genuina. Esta ausencia de propietarios reales crea lo que se denomina el problema de la responsabilidad difusa. Cuando nadie es personalmente responsable por las consecuencias económicas de las decisiones sobre medios de producción, las decisiones se vuelven arbitrarias y politizadas.
La ironía fundamental del colectivismo, prometiendo democratizar la propiedad, es que efectivamente la elimina. En lugar de hacer que todos sean propietarios, hace que nadie sea propietario.
Los medios de producción quedan bajo control de una burocracia estatal que no responde a criterios económicos, sino a presiones políticas y consideraciones ideológicas, es lo que sucede en Cuba.
Esto explica por qué todas las experiencias de socialización de la propiedad terminan en empobrecimiento generalizado. No es que los socialistas sean menos inteligentes o menos bien intencionados que los capitalistas. Es que han destruido la institución fundamental que hace posible el cálculo económico racional y la asignación eficiente de recursos.
El concepto de propiedad social es un oxímoron (combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como en “un silencio atronador”) lógico como círculo cuadrado o libertad coercitiva. La propiedad requiere exclusión, lo social implica inclusión universal. La propiedad requiere decisión definitiva. Lo colectivo implica decisión indefinida por consulta infinita. Estos conceptos son lógicamente incompatibles. La única alternativa real a la propiedad privada no es la propiedad social, sino la ausencia de propiedad, el caos. Cuando se eliminan los propietarios privados, los medios de producción no pasan a ser propiedad de todos, simplemente dejan de estar sujetos a control económico racional. Se convierten en objetos de lucha política donde la fuerza, no la eficiencia económica, determina su uso.
La propiedad privada es la institución que permite que millones de personas trabajen juntas pacíficamente, cada una persiguiendo sus propios fines, pero contribuyendo al bienestar común a través del intercambio voluntario. Destruir la propiedad privada es destruir la posibilidad misma de la civilización moderna.
La propiedad privada es precisamente la base de la división del trabajo y cooperación social. Sin especialización productiva, estaríamos condenados a la subsistencia primitiva donde cada individuo debe producir directamente todo lo que consume. La división del trabajo representa el fundamento de toda civilización humana avanzada.
Le corresponde a usted preguntarles a todos sus vecinos si están de acuerdo con sustituir la propiedad privada por la social. Esto viene en la reforma, conviértase en la luz de sus vecinos.
Dios con nosotros, fe y más fe.