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19 de abril de 2024
Porfirio Parada
Si se puede llegar a tener, llevo conmigo dos libros del escritor y poeta Rafael Cadenas. Dos de por sí separados en contexto, fecha, diseño y contenido. Dos maneras de escribir distintas, que híbridas logran ese deslumbramiento que ha cautivado a las letras, literatura y poesía, a las artes y al pensamiento, en distintas partes del mundo, por parte del venezolano, nacido en Barquisimeto, estado Lara en 1930. El poeta recibió semanas atrás, el Premio Cervantes 2022, un año después, en España. Entre las máximas distinciones, premios y reconocimientos que dan a escritores y poetas a nivel mundial, con una influencia española y latinoamericana. El poeta fue sencillo, y al finalizar el acto solemne, escuchó música folclórica venezolana, entre una alegría reposada, en silencio.
El primer libro que recuerdo y que leí de él, fue “En torno al lenguaje” (1985) editado por Monte Ávila Editores. Un diseño y una pasta elegante. Los colores finos. Rojo y azul. Yo estaba viendo una transmisión de los juegos olímpicos por Meridiano TV. Esas famosas transmisiones deportivas que conectan a muchas partes del mundo y que mucha gente le gusta ver. El comentarista recomienda leer a Rafael Cadenas con esa obra, entre una mínima pausa en la trasmisión en vivo. Dice que es un ensayo sobre el lenguaje y la educación sobre todo en Venezuela. Una gran reflexión. Me impactó su respeto y admiración al referirse al poeta. Como al par de años, fui a la Librería Sin Límite por Barrio Obrero, y estaba el libro. Lo compré y lo leí al rato. Su inconformismo con la educación del país, sus estudios en estadísticas relacionados con el tema educativo, su labor y oficio de escritor de ensayo, su influencia de otras lecturas, de otros escritores, de otros lectores de Venezuela y europeos. Su propuesta para hacer correcciones al espacio donde vive, con ideas, con estudios, con anhelos de transformaciones, luz y cultura. Esto también forma parte de la obra de Cadenas.
Siento que por fortuna, me puede ilustrar con su saber. No sé qué cantidad o cuánto pude retener, almacenar, pero fue una gran experiencia en ese momento de mi vida. Su admiración a la palabra. Su carácter en el orden de ideas, en el gusto por la literatura y su reflejo cuando escribe. Luego con el pasar de los años, cuando empecé a escribir, cualquier cosa, lo que fuera, hasta jugar, ensayar y también escribir eso que llamamos o se dice poesía. Me encontré con otro libro del poeta. Esta vez era blanco en su mayoría, con letras negras. El libro tanto en la portada como contraportada estaba escrito en español y francés. Algo que se repitió con el paso de su lectura. Algo nuevo para mí en ese entonces. Editorial Bid and Co. Editor. Año 2004. En la presentación del libro lo reconocen como una de las voces más importantes en Hispanoamérica. Entre otros reconocimientos están el Premio Nacional de Literatura, el Premio Internacional de Poesía José Antonio Pérez Bonalde, el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca. Fue profesor de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Estuvo en el grupo Tabla redonda, referente grupo de debate en la historia y la cultura del país.
En este libro uno se encuentra con de todo un poco. Hay una libertad de la palabra, la escritura y sus formas. Hay una recopilación de sus textos. Prosa y poesía. Relatos y versos poéticos. Reflexiones sobre la historia, el universo, uno. También hay aforismos. En “Poemas selectos” está el célebre poema Derrota (Défaite). Es un texto de un fracasado. Creo que se hizo tan popular que Rafael Cadenas se desencantó con el mismo. Pero por esos versos pasaron miles de lectores en Venezuela, Latinoamérica y otros continentes e idiomas. Los desnudos, las vivencias y repercusiones que produce escribir. En un fragmento del libro Cadenas escribe: “Los poetas no convencen, tampoco vencen, su papel es otro, ajeno al poder: ser contraste”. Hay entrevistas, dichos, párrafos que son una guerra, otros existenciales, otros de amantes, otros filosóficos, otros limpios, no en el trasfondo del mensaje, sino en su posición en el papel, es decir, cómo lo ve el lector en la página. En ese libro blanco pude conocer, reconocer y descubrir parte de su trabajo artístico con la poesía y escritura. El hombre parece un mago que le da vida a las palabras de manera fantástica, pero en su uso reconoce su desamparo, su melancolía y tristeza. En ese libro pude constatar eso de pulir un texto, economizar las palabras. Un poema de tres palabras que dice un universo.
Mi señora madre, que percibí desde adolecente su gran afición a la lectura, estos días me preguntó y hablamos sobre Rafael Cadenas. Me dijo que vio el video cuando recibió el premio desde su celular, fue un momento emotivo. Le compartí el libro “En torno al lenguaje” luego de su idea de ir a una librería en Cúcuta para preguntar por su obra. “Los lectores de poesía buscan, en el fondo, revelaciones”. Afirma el laureado escritor. Queda leer y releer, en lo que se pueda aprender, disfrutar, y sentir el vacío, queda compartir y reflexionar la obra de este gran poeta venezolano. Queda seguir viviendo una vida con la oportunidad de acercarse a su obra. De su arte. Queda el poema.La libertad en Cadenas.
*Lic. Comunicación Social
*Presidente de la Fundación Museo de Artes Visuales y del Espacio
*Locutor de La Nación Radio
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