Alejandro Bautista González *
Concluimos nuestro artículo anterior, “Integración para Venezuela ¿Para qué?”, explorando la factibilidad, a la vez de exhortar a un nuevo gobierno venezolano, concretamente el próximo, con base en las experiencias positivas de la CAN, MERCOSUR, Chile y la propia Unión Europea –aprovechando su privilegiada situación estratégica en nuestro continente-, de liderar un consistente bloque de desarrollo regional conformado por los países sureños, dando así, nacimiento a la INTEGRACION SUDAMERICANA y la búsqueda del equilibrio con los grandes modelos de desarrollo en otras latitudes del mundo.
Los países de América del Sur, con intereses homogéneos, además de comunes, y disparidades menores con respeto a los del Norte, están conscientes de su responsabilidad de evitar el riesgo de ser marginados de un mundo económicamente multipolar, solamente si logran potenciar sus esfuerzos y proyectarse como un bloque sólido de países, fuertemente integrados en lo político, económico, social, tecnológico y cultural.
En tal sentido, la Integración Sudamericana se plantea como un proyecto de integración plena que deberá ser la culminación de los acuerdos de integración subregional establecidos, que convergen en zonas económicas a fin de crear un mercado sólido e incorporado en el contexto de la globalización como un bloque de grandes perspectivas más allá de lo económico comercial. El objetivo es ambicioso, pues se trata de un proceso de integración, bajo el modelo de la Unión Europea. Es decir, no estamos hablando solo de un espacio de libre comercio en la región, sino de un proyecto geopolítico de mayor envergadura.
Razones e importancia de la integración. Varias son las razones, tanto económicas como políticas, que señalan la importancia de la integración y su proceso:
- La integración es una puerta que permite a los países ampliar sus mercados y una mayor división del trabajo dentro de su área integrada, consecuentemente, una mejor asignación de recursos reales y financieros, lo que facilita a las empresas obtener economías de escala, permitiendo una mayor dinámica en el crecimiento de las economías y mejora de la calidad de vida.
- Favorece las expectativas de inversión nacional y extranjera al ofrecer atractivos y amplios mercados, en tanto que reduce los costos de transacción que disminuyen la competitividad extranjera, respecto de bienes y servicios producidos y ofertados en los países del bloque integrado, como consecuencia de barreras geográficas, institucionales y legales.
- La integración promueve la incorporación del progreso técnico y la coyuntura productiva al reducir las barreras comerciales; favorece la estandarización de normas y regulaciones; fomenta la creación de centros de formación que buscan la excelencia y reduce los costos de investigación científica.
- La integración promueve la liberalización comercial intrarregional. Así, la creación de comercio mejora la asignación internacional de recursos y es beneficiosa para el bienestar al desplazar la localización nacional de fabricación de un producto de alto costo a un producto de bajo costo. Por el contrario, la desviación de comercio empeora la asignación internacional de recursos y reduce en bienestar al aumentar los costos.
- La integración es alternativa de paz y armonización de intereses. Señala el tratadista español Jaime Requeijo, (Economía Mundial (2002), segunda edición), que “las Comunidades Europeas se crearon para tratar, por una parte, de poner fin a los continuos enfrentamientos entre las potencias de Europa Occidental, en especial Alemania y Francia, y por otro lado, para reforzar toda la zona frente a la por entonces amenaza soviética. Y todo ello a partir de un razonamiento simple: que la unión de intereses económicos termina por unir los intereses políticos”.
Venezuela, país americano con la condición de país andino y de país caribeño, con un frente Atlántico y de país amazónico, debe tener una actuación privilegiada en el contexto hemisférico regional, tomando en cuenta que en ese mismo espacio interactuamos con la principal potencia regional y mundial.
Tengo la mayor confianza en que el próximo gobierno democrático que se dé Venezuela, el Proyecto País propuesto por el MID, tendrá la mejor acogida, por lo cual la política de integración ha de tener tratamiento primordial. El proyecto de construcción de la Integración Sudamericana es sin duda ambicioso, va más allá de los simples acuerdos de libre comercio y representa una extraordinaria oportunidad política para la mayor parte de sus integrantes. Implica también un intento de redefinición estratégico en el continente. Su impacto puede ser importante para el futuro armonioso de las relaciones interamericanas.
*Doctor en Cooperación Internacional. Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional