En momentos como los actuales, en donde un hecho, que puede ser fortuito o no, afecta todos los niveles de la economía mundial, y por ende las relaciones sociales, políticas, internas y externas, nacionales y globales; los analistas serios y los neófitos, abordan el análisis -de manera directa o indirecta- desde la relación con el poder.
Julieta Cantos
Manuel Castells, define en su libro “La Cuestión Urbana” a las relaciones de poder … “como relaciones entre clases sociales y las clases sociales como combinaciones de lugares contradictorios definidos en el conjunto de la estructura social…” “…a nivel de los principios de la reestructuración de una sociedad, lo económico es, en última instancia, determinante, en cuanto al momento actual, este se organiza muy particularmente, en torno a la lucha política de clases, aquella que tiene como objetivo la preservación o la destrucción-reconstrucción del aparato de Estado…” y eso amigos lectores, es lo que pienso está sucediendo, con mayor énfasis en la coyuntura actual a nivel mundial, regional respecto a Latinoamérica, y a nivel nacional. Por ello, es tan importante registrar lo que en la sociedadcambia, se transforma, permanece, adopta nuevas formas. Es fundamental, entonces, entender, los cambios en nuestra ciudad. Y en el caso concreto del Covid 19, no solo nos ha afectado el retorno de miles de connacionales, hacia quienes ha habido una política receptiva importante y amplia; sino que, y más profundamente nos está afectando el retorno de trocheros inconscientes hasta de su propia seguridad y de sus más cercanos allegados. Esto afecta directamente las relaciones sociales, afecta los espacios ocupados para su atención, afecta los recursos destinados para la prevención y cura de la pandemia…y como dijimos en líneas anteriores lo económico como determinante.
Necesariamente, los analistas se alimentan de situaciones similares en épocas pasadas, e incluso aquellos que no son arquitectos ni urbanistas, vinculan con la necesidad de planificar ciudades que garanticen la vida, además de una vida buena, con espacios para poder desarrollarla, tanto en momentos críticos (terremotos, pandemias, inundaciones, etc.), como los pacíficamente normales. Yo misma he hecho propuestas concretas, unas generales otras particulares.
He hablado sobre la importancia de la interconectividad de los sectores a través de vías y rutas de transporte. Sobre el diseño de instalaciones y edificaciones, adecuadas para servir no solamente en momentos del quehacer diario, sino en situaciones extremas que permitan que ese quehacer se mantenga. La importancia de generar lo productivo en forma constante y urbana para el consumo necesario.
Ahora bien, entendiendo que lo económico es determinante, que la necesidad hace que la gente salga a la calle a resolver su situación diaria, lo que en una situación como la actual, conlleva obligaciones que van más allá de lo individual; es menester definir espacios para lo ambulante, que cumpla con los requisitos de salubridad y medidas sanitarias pertinentes. Es una obligación de los poderes, de todos.
Cómo entender que planificar es “una actividad que consiste en pensar un objeto antes de pasar a actuar para producirlo y de pensar cómo será la mejor forma de llevarlo a cabo”, sabiendo que necesariamente no tendremos pensados todos los componentes, ni sus interrelaciones, ni, ni, ni; pero tendremos un modelo que podrá ser adecuado, flexible, adaptable, y responderá a necesidades unas mediatas otras inmediatas.
Sería interesante que en estos tiempos de pandemia, todos los poderes se sentaran a pensar, no solo para hoy, no sólo para lo inmediato, sino para planes a mediano y largo plazo. Que lo urgente no irrumpa siempre sobre lo importante.
El libre albedrío es un término que está implícito en la actividad de la planificación. Se refiere al mundo de los valores. Se refiere a la libertad de elección, para tomar posición por sí mismo, para elegir o no elegir.
Elijamos, elijamos ser conscientes, venezolanos con concepto amplio, con el concepto de Venezuela como nación, y el Táchira como parte del todo. Ser corresponsables.