¡Ganamos, ganamos, ganamos!, gritaba Eladio, sobrino político de mi tío Melquiades. En la casa nadie le dijo nada. Estaban jugando caída boba y lo ignoraron olímpicamente. Debe ser porque allí nadie salió a votar.-Tía Pulquería, usted sabe quién va para Cúcuta por estos días?, preguntó el recién llegado– ¿Y eso, sobrino.? –Es que necesito urgentemente una medicina para mamá porque aquí hace años que no la venden. Y mi hermana tiene que sellar el pasaporte para irse a Chile. –Juegue, viejo Cosme, gritó, enfurecido, Melquiades.
– Hola, fumarola. Esta nueva costumbre de saludar que agarró el flaco Dionisio lo convierte en un tipo repelente. No puede ver a Gerardo Colmenares, a Adán Duque o al flaco Hinojosa, porque les mete el grito. Ya no lo aguantan.
Vemos las carreteras en el Giro de Italia. Bonito eso. Va la caravana por una vía extraordinaria, con capa asfáltica de primera, señales visibles y muros protectores de alta construcción. Vemos un ferrocarril que bordea la carretera y por debajito una gran autopista de ocho canales. ¡Ay, mi Venezuela querida!. Mejor no digo, panitas.
Esos malditos apodos, sobrenombres y remoquetes me tienen hasta el cogote. Apareció Julio César Aristimuño con una chaquetica negra, algo llevada por la cuerda que ha soportado, y empezaron a gritarle: – ¡Forro de urna! ¡Forro de urna! Menos mal que Ambrosio, el Coyote – otro apodo irrespetuoso- se metió y evitó que su compadre sacara la cuchilla. Uy, qué hombres tan bravos.
Disfrutamos de la boda real entre Harry y Meghan. Sí, llamaron apurados para que los acompañáramos en el evento. –Traiga el cuatro, Carreto. Parece que a la reina le está gustando la nueva música campesina y hubo que complacerla. La comida preparada para la fiesta estuvo más o menos. En una mesa larguisisisísima sirvieron papas cocidas con unos mechaos y pescuezos de gallo rellenos. Los chicharrones carnudos se acabaron en un momentico. Menos mal que sirvieron aguamiel, porque esos chochecos estaban viejos y duros. Alguien “sopetió” la ensalada de gallina y, debe ser por el calor del gentío, ya olía a feo. Son cosas de estas fiestas finas. Qué van a saber los del equipo Gaconsa en el Demócrata. Mucho es que coman cuchute.
Comentan que si ajustan el mentado bloqueo, no tendremos ni para un michito. Eso del Carnet de la Patria, Clap, Chamba Juvenil, sueldos, bonos y demás menudencias, propias del capitalismo salvaje, no alcanzarán ni para los más coloraditos del gobierno. Tenga su gallinita y póngale candado en el pico. Lo que viene es merecumbé con perico ripiao, caballeros.
(Carlos Orozco Carrero)