Carlos Orozco Carrero

Cuentan que en épocas de “gorilazgo” mayor, le llegó a un jefe de tropa el cuento de algunas travesuras realizadas por un representante de la patria de Acirema. El coronel citó al jefecillo de la comarca y le espetó a boca de jarro sobre su conducta. –Por aquí me han llegado estos “infórmenes” sobre tu conducta en el pueblo. El sargento le respondió con una sonrisa llena de camaradería.  – No se preocupe, coronel. -Esos son puros “chísmenes”. Así era Acirema.

Viene la Serie Mundial, señores. Sorpresas en la pelota caliente para contento de todos. Equipos, cuyas nóminas millonarias y extravagantes les aseguraban triunfos al final del calendario, se han quedado por fuera también. A jugar bonito para que el trofeo sea bien ganado.

Esos apoyos silentes al desprecio gubernamental que siente esta gente contra la educación venezolana raya en lo absurdo. Lo triste es que la pobreza extrema los arropó totalmente. Solo miran al piso, mientras van rumiando culpas.

Hacen falta los Alarcón y sus jonrones en el Club Latino. Dicen en Rubio que ahora no juegan ni pupuñete. Todavía recordamos los descomunales batazos de Ike, primera base estrella del equipo Apula.

Se retuercen las carreteras en Uribante. No perdonan las lluvias en esta zona del país. Cómo hace falta el camioncito lleno de obreros que encontrábamos a lo largo de la vía para mantener transitables tantas carreteras en Venezuela. Sin embargo, Dios quiera y haya movimiento de máquinas y obreros estos días para limpiar ese escurridero de barro que ha caído por esos barrancos infernales. Agradecemos eso, señores del Gobierno.

El Banco de Fomento Regional Los Andes va difuminándose en el tiempo. Poco a poco, señores. Cuentan las malas lenguas que hasta unos centavitos sacaron de allí para ir a oraciones en el Poliedro. La oscura experiencia del Banco Táchira todavía la recordamos.

“La felicidad de los habitantes de un país se mide por el salario que devengan sus maestros” Esta máxima de mi tío Melquiades es muy cierta y cae como anillo al dedo en el caso venezolano. Vemos la propaganda oficial en la entrega de útiles a los estudiantes. A los profesores nadie les arrima una pepa de aguacate para marcar interiores y medias viejas. (Carlos Orozco Carrero)