Carlos Orozco Carrero
En un grupo de WhatsApp que tienen mis amigos en Pregonero encontré información para volver loco a más de uno. Trump va ganando en Ohio…Maíz criollo a la venta… Biden lucha por sacar ventaja en California…Chirimoyas pintonas por docena…Deportivo Táchira volvió a ganar. Compro mula briosa… Me gusta mucho leer estos mensajes tan machetes, paisanos.
Estos velorios de hoy nos tienen cabizbajos. Dice Melquiades que velorios finos eran los de antes. Es más, no se llamaban así. Se decía pompas fúnebres. Pompas, señores. Era una romería la que se acercaba al sitio del rezo y los familiares del difunto se esmeraban en atender a todos con un traguito de licor aguantador y alguna galleta, mientras se servía el seco con su carne mermada y yuca arrimada. Se van agrupando los que siempre mantienen al muerto acompañado toda la noche. Cuentos y anécdotas sobre las ocurrencias del finado y risas apretadas para disimular delante de los deudos. Una noche de camándula compartida, se acercó al grupo de jodedores de siempre un atulampao, de esos que se ofrecen para todo sin que nadie les haya pedido su colaboración. Traía una bandeja y nos dijo: -¿Una galletita? -No, caballero. Yo prefiero un pantito, dijo Sósimo.
El mánager de los Tampa Rays nos dejó un saborcito amargo sobre sus conocimientos de pelota grande. Sacó al pichert abridor sin que le hubiesen hecho ningún daño los bateadores contrarios. -Carreto, ¿cómo se llama el equipo que usted dirige en el club Latino? -Los Gatos, respondí. -¿Por qué se llama Los Gatos? -¡Porque nunca hacen caso!
Pastillas inteligentes contra inyecciones sospechosas. El flaco Elpidio reconoce que las pastillas son muy avispadas a la hora de conocer el camino para llegar al sitio del problema en ese cuerpo gigantesco. Claro, tienen un sitio de partida en el estómago. Ahí llegan todas. Las que sirven para el dolor de barriga tienen su lugar de efecto en el mismo lugar. Lo difícil es salir, en una subida de premio de montaña, hasta llegar a la cabeza y combatir una migraña, por ejemplo. A veces tardan en realizar su labor curativa. Y eso que son chiquiticas, opina Pulqueria. -Hasta luego, se despide Cosme. No le gustan estas conversas. -Parecen bobos.