Carlos Orozco Carrero

En casa de mi tío Melquiades se formó una gritadera enorme. Hasta pensé que se agarrarían a golpes por lo necios que se pusieron. Y no es para menos a la hora de defender conocimientos sobre nuestros deportes favoritos. Cosme apostaba a que un venezolano había jugado en el Real Madrid y el gordo Sósimo, su hijo, lo negaba a rabiar. -Nunca, papá, nunca un venezolano ha jugado en ese equipo. -Bueno, si estás tan seguro que no ha jugado ninguno en el Real Madrid, podemos apostar algo y llamamos a los vecinos para que participen en la apuesta, así sea de mirones, dijo Cosme, con estilo retador y cañero. La apuesta llevaba sancocho de espinazo y gallina cruzada, algunas bebidas y cuatro tortas para que alcanzaran para todos. – A ver, papá. –¿Cuál venezolano jugó en el Real Madrid?  El compadre de Melquiades sacó de un maletín unas fotos de Carl Herrera, en clavado espectacular, para darle el triunfo a su equipo en la liga superior de baloncesto de España. -¡Noo! Eso no se vale, reclamó Sósimo. – Yo digo en el futbol español. -Yo aposté a que un venezolano había jugado en el Real Madrid y aquí está la prueba. Tengo que reconocer que Cosme es un hombre inteligente, señores. -Pollo no le gana a gallo, dijo la señora Marucha, con un plato de sancocho y un tolete de rabadilla entre las manos.

Hay equipos en las Grandes Ligas que tienen sus añitos sin llegar al sueño dorado de ser campeones mundiales en el mejor béisbol del mundo. Los Indios de Cleveland llevan 72 temporadas sin ver luz en su brillante carrera deportiva. Ni cuando tuvieron alrededor de la intermedia a la mejor dupla que ha pasado por la gran carpa, Omar Vizquel y Robertico Alomar. Así es el béisbol, señores.

Ahora el que lleva en su carrito alguna mercancía para vender en poblaciones cercanas, si no tiene placa de carga, no puede circular con esa quincalla. Es difícil que para trasladar algunas mopas, lapiceros, platos y utensilios plásticos para uso en el hogar, deba comprar o alquilar un camión o cava de transporte. Ahí se queda la ganancia y el esfuerzo de muchos amigos que ven en el comercio informal una manera de ganar sustento. -Cuando el pobre sale a vender sombreros, todo el mundo anda sin cabeza, cariños.

En China construyeron un radiotelescopio de 500 metros de diámetro para intentar escuchar algunas señales provenientes de otras galaxias. Ahora sí la pusimos con estos chinos. Lo malo para nosotros es que no sabemos qué se esconde en materia de extraterrestres en esa nación tan grande y con tantos habitantes. Seguramente tendrán sus naves espaciales para darse una vuelta interplanetaria y regresar con alguna sorpresita para la humanidad. Por aquí pasan en noches muy oscuras, dice Yulio Molina en Pregonero. Lo difícil es distinguirlos por esa costumbre que tienen los extraterrestres de llevar la luz alta para que nadie los detalle con precisión. Lo encandilan a uno y quedamos ciegos y sin vista.

 

 

 

 

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