Carlos Orozco
Siguen apareciendo pruebas del monstruo de la represa, señores. Ahora los investigadores que se reúnen en casa de Yulio han tomado algunos videos sobre el espeluznante animal que ronda las orillas del lago artificial en horas de luna clara. Por supuesto, la mayoría de la población de pregonero no cree en esas apariciones. Dicen que son cuentos de algún pernicioso de oficio para que el temor popular le permita pescar alguna cachama para mitigar el hambre que se pasa por esos linderos. Yo tampoco creo en eso, cariños.
Entre fuerte y dulce está la Copa América este año. Ahora fue el virus chino el que se encargó de diezmar a la Vinotinto. Tendremos que conformarnos con nuestros triunfos, representados en Yulimar Rojas, Fabián Martínez, Ronald Acuña y otros deportistas de alto valor competitivo. Así es el deporte, caballeros.
Me cuentan que el baile entre hombres sorprende a todos últimamente. Les cuento que fui testigo de un merengue raspacanilla en tierras del páramo uribantino en mis años juveniles. Y no representaban algunas conductas lejanas a lo que siempre ha identificado al campesino bregador de su tierra. No, lo que pasó es que cuando empezó a sonar el disco en el viejo “picó” de Juan de Dios, todos se levantaros de sus sillas y se armó el baileteo general. Las pocas mujeres que disfrutaban el fiestón, obligaron a los varones a sacar a sus amigos y entrarle al bonche también. Luego, en la película Cinema Paradiso, vi a los habitantes del pueblo italiano entrarle a un vals europeo entre hombres. Mucho cuidadito, cariños.
Hay comentarios sobre el entierro de Arnulfo Valoy en tierras trujillanas. Dicen que lo sepultaron vivo al gordo apreciado por todos. No falta el que echa a perder el cuento que sorprende a todos. –¿Quién es testigo de esa circunstancia con Arnulfo? –Doña Clotilde asegura que el finado tenía un zapato en sus manos cuando lo desenterraron. –Y cómo hizo ese enorme gordo para estirar sus manos y quitarse los zapatos, si de vainita cabía en la urna? Nadie sabe con certeza qué ocurrió en el cementerio de Tierras Rojas cuando llegaron las autoridades. Sin embargo, en las noches, todos se santiguan al pasar por el camposanto.
Vimos la Vuelta a Suiza completica. Richard Carapaz se la llevó en buena lid, señores. Lo triste y bonito es observar el desarrollo de las vías de comunicación en ese país. Tres carreteras tipo A, B y C. Una autopista con cuatro canales de circulación y al lado las vías férreas, para que pasen los trenes hermosos y sin humaredas. Recordamos que enviamos a Suaza toneladas de cacao para que ellos nos regresen exquisitos chocolates con la ganancia resabida.