Contrarreloj juvenil femenino llevó Candela
16 de noviembre de 2024
Carlos Orozco Carrero
Las cabañuelas nos dejaron este año esperando algún cambio en este reverberante sol veranero. Tal vez los asomos de luna nos traigan algunas diferencias interesantes para conocer épocas de siembra y cosecha en nuestros campos. Los que quieran saber un poco más de estos presagios naturales acérquense un rato a La Ermita para que reciban una conferencia valiosa sobre nuestra naturaleza y sus fenómenos en el grupo de José Mario y sus amigos.
Nunca imaginé el motivo que tenía nuestro amigo Frank Mota para invitarme a que conociera a un personaje a quien yo admiraba mucho. El gran Martin Emilio “Cochise” Rodríguez estaba aquella mañana en franca conversa con mi amigo locutor. Qué agradable sorpresa ver a este caballero en vivo, señores. Por supuesto, le hablé de la etapa que va desde La Grita a Pregonero por carretera de tierra y de la siembra que él hizo en la mejor afición de ciclismo del mundo desde la primera Vuelta al Táchira. Nos comentó que nunca olvidó el esfuerzo titánico que hicieron todos los pedalistas para llegar al pueblito más lindo esa tarde soleada. Bonito eso.
Bartolo se quedó quietecito al ver tantos niños desplazándose por aquellos parajes llenos de musgo y helechos. Pensó que serían hermanitos y que su casa estaría cerca del lugar donde se encontraba. Sin embargo, había algo que lo invitaba a pensar sobre las caritas de aquellos juguetones chiquillos. Si, sus caras eran igualitas y no dejaban de sonreír cada vez que lo miraban al pasar cerca de él. Un canto extraño y repetitivo envolvía el sitio de tal manera que casi llegaba a ser ensordecedor. Hubo un momento en que Bartolo llevó sus manos a los oídos e intentó menguar aquel canto tan fuerte y extravagante. En un momento, una luz inmensa se apoderó del sitio y un extraño aparato apareció en el cielo para dejar caer sobre los niños una escalera de cristal por donde subieron hasta el fondo sin dejar de reír y cantar. Bartolo apenas soltó una plegaria de ayuda al ser testigo de la presencia en su potrero de seres de otros mundos. –Qué se abra la tierra y nos trague a todos si esto es mentira, señores.
100 años cumple La Sonora Matancera, amigos. El sueño del guitarrista Rogelio Martínez tomó cuerpo y se mantiene en el tiempo de la música nuestra junto a los grandes de la canción caribe. Celia, Daniel, Vicentico, Bienvenido, Piñero, Nelson y tantos otros dejaron su legado junto a los maravillosos coros de Caito y sus maracas rumberas. Dios cuide a esta inmensa orquesta latinoamericana, escuela y origen de todo lo que se llama ahora salsa sabrosa.
Los maestros venezolanos nos alegramos cuando vemos en las redes sociales todo lo que tiene que ver con aumentos de salarios y contrataciones colectivas con cancelación de prestaciones sociales. Lo triste es que eso ocurre en otros países y nos quedamos tragando sin saliva otra vez. Nadie se conduele del ser que orientó las aspiraciones de todos los venezolanos.
Casi se muere mi pobre tío Melquiades en esa etapa infernal que nos llevó hasta La Grita. El cuñado lo invitó en una moto acompañante, de esas que aumentan los escandalosos sonidos de La Vuelta al Táchira, y no pudo dominar sus emociones al ver de cerca a sus héroes de toda la visa sobre sus caballitos de carbono. Melquiades mató la cochina muchas veces. Las curvas y frenadas emergentes le batieron la barriguita hasta sacarle el primer tetero que se tomó hace casi de 78 años. Era un deseo inmenso el que tenía como aficionado al ciclismo en esta tierra. Pobre viejo.
Emergencia en La Pajarita de Junín
16 de noviembre de 2024
