Dos hombres detenidos por protagonizar una riña
1 de julio de 2024
Carlos Orozco Carrero
Estamos contentos por los resultados obtenidos por nuestros representantes a nivel deportivo en el mundo. Es en casi todas las disciplinas que se está demostrando calidad irrefutable a la hora de hacer balance diario de la actuación de nuestros atletas. Poco a poco nuestra posición se eleva en los comentarios deportivos dentro de los medios de comunicación de aquí y allá para satisfacción de todos. Me gusta eso, cariños.
Con los dedos achicharrados por siotes, nos paseábamos por las hermosas calles de Pregonero en noches de retreta y luna llena sobre el cerro El Bolón. La moto de nuestro amigo Chuchín tenía un espaldar grande, donde uno se podía recostar para dar algunas vueltas al pueblo cada domingo. Al pasar frente a un enorme portón negro, propiedad del estacionamiento de Eustoquio, Chuchín aceleraba en neutro la mentada moto que alguna bujía salía en explosión para dar golpe certero al portón y producir un estruendo que se escuchaba en la cuadra entera. –Allá quedó la bujía, Carreto. Uno se bajaba de la moto y corría a agarrarla con fuerza antes que el dueño del garaje llegara a reclamar con rabia. El pulgar, el índice y el dedo del corazón apretaban la bujía para dejar escuchar un pequeño chirrido, combinado con un madrazo debido al quemonazo que sacaba ampollas inmediatas. Pasaba uno el resto de la noche soplando los deditos inocentes, mientras Chuchín subía a la moto otro candidato al paseo infernal de la bujía floja. En cada calle una historia.
Se sabía que el equipo Venados Softball Club era el favorito de las grandes masas de aficionados durante el finalizado primer torneo en la categoría SS del Centro Latino. Mucha calidad en la experiencia de tantos amigos a la hora jugar pelota caliente, señores. Parece que esta categoría de los super viejitos tendrá muchos participantes en el futuro. –Suelta esa bola, Muchilanga.
Uno se pone a tocar musiquita vieja con los amigos y se refrescan las composiciones más lindas. En noche de bohemia profunda y conversa sabrosa en casa de Gustavito Alvarado, pasamos unas horas de acordes finos, donde los tangos, boleros, valses y algún merenguito criollo se hicieron protagonistas para provecho de todos. Se combinaron las canciones con algunos relatos misteriosos sobre muertos, brujas y entierros para poner a pensar al que quisiera irse a dormir tempranito. El cuento de Miguel sobre la botija que no pudo sacar de la pata del chirimoyo que estaba en su solar convenció a todos los boquiabiertos escuchas. La suerte no era para él. Por más que buscó y buscó entre matorrales, rincones y soberaos con olor a madera vieja, nunca encontró nada. El entierro del finado Hermógenes se le esfumó delante de sus propios ojos. –Yo vi la moya llena de morocotas casi a mis pies, pero allí estaba un viejito como de dos metros de alto y soltaba candela por los ojos. –Salí corriendo, santiguándome, y pude soltar un grito de auxilio después que pasé la pata de gallina en el camino Real.
Celebramos el día de San Juan en la popular comunidad de La Ermita. Se nota el trabajo mancomunado de los vecinos para mantener preciosa la iglesia y los alrededores de la plaza Páez, señores. Todos bien vestiditos y en canto permanente para hacer de la fraternidad ermitaña un ícono de ejemplo vecinal para todas las comunidades de la capital tachirense.
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