Carlos Orozco Carrero
Se destapó la mejor conversa del mundo en la casa de El Estanco en Pregonero, señores. Alimentando recuerdos para renovar neuronas a través de los cuentos, historias y relatos más extraordinarios del pueblo. Y es que la casa invita a participar de un cafecito servido amablemente por Doña Aurora, admirable matrona uribantina y amiga de todos. Es bueno resaltar que todo relato pasa por asegurarlo en la creencia de presentes debido a que el que charla sostiene que es realidad lo que dice mientras jura: -¡¡Por Dios de Mi Madre Santa!! En cada esquina una historia.
Muchos entendemos ahora la presencia de banderas colombianas en las carreteras durante las grandes vueltas europeas de ciclismo. Por cierto, escuchamos a nuestro paisano Rafael Rodríguez desempeñando una labor interesante como narrador de la cadena ESPN para el público de habla hispana. Nos alegra que el “conejo” haya llegado hasta ese lugar donde la calidad se impone sobre cualquier otro suplemento extraño a sus maneras de transmitir emociones junto a verdaderos profesionales en eso de regalarnos los detalles de estos eventos tan importantes para que los aficionados al ciclismo mundial queden satisfechos.
Se está hablando mucho por estos días de un Encuentro Binacional de Turismo, lo cual parece ser de importancia superior a la hora de intercambios culturales y comerciales entre las dos naciones hermanas. Lo que preocupa es que no aparecen las propuestas reales de inversión para que las vías que comunican la región más linda del Táchira, como es el municipio Uribante, y sus circuitos turísticos entrelazados con La Grita, Bailadores, Guaraque y el alto llano, se ofrezcan a los visitantes como alimento a sus ganas de estar por estas tierras bellas y productivas. Tenemos años en eso, cariños.
Ambrosio ahora habla de lo que está comiendo últimamente. Carne vacuna, aderezada con finas hierbas y aceites de sésamo entre repollo al sereno en aguas de caña de azúcar con algunas ramas de cañafístola exprimida. Este hombre saca de sus casillas a mi tía al ver que entrelaza sus flacos dedos para tratar de convencerla de rociar el bocachico con aceite de oliva virgen, de primera prensada, y en combinación con cúrcuma francesa. –Déjenlo que lo llame a almorzar y se le quitan esas pretensiones de hombre rico y de exquisito paladar, dice la vieja. -Con un plato de chinchurria fría y unos toletes de boje seboruquero con chocheco vuelve a la realidad.
Tocar en un velorio de angelito es una experiencia totalmente extraña.