Carlos Orozco Carrero
240 años cumple la Universidad de Los Andes en plena acción educativa para satisfacer necesidades en nuestra población venezolana. En esta ciudad abrió aulas como la gran oportunidad para que nuestros muchachos cursaran especialidades en Evaluación y Orientación educativa, dos opciones que se repartieron por toda Venezuela en escuelas, liceos y universidades. Después vino la diversificación de las especialidades de acuerdo a las necesidades académicas de esos tiempos. Muchos años en beneficio real de lo más importante que tiene nuestro país. ¡Viva nuestra educación, señores!
El pan nuestro tachirense se ha consagrado como patrimonio cultural venezolano para orgullo de los que madrugan a poner bandejas de pan crudo en los hornos dorados que cocinan este manjar exquisito. Benedicto Orozco, mi padre, dejó el sabor especial del mejor pan de la región en las calles de La Grita y Pregonero, donde esperaban todos a que las campanas de nuestras iglesias marcaran las 4 de la tarde para entrarle al chorrito de café acompañando a los pancitos sagrados de los andes criollos. Felicidades a todos los panaderos del Táchira.
¿Dónde están los viejos para que cuenten las historias maravillosas de nuestra tierra bendita? Hace falta que los redescubramos en el filo de una puerta bodeguera, una barbería o en la silleta de una sastrería para que los muchachos escuchen los orígenes de la oralitura pueblerina y agreguen algún piquete representado en jinetes oscuros y apariciones fantasmagóricas para que los que escuchan no puedan dormir al sentir el viento golpeando con fuerza sus endebles ventanas. En cada esquina una historia.
Las caras de mis amigos apaciguan tantas preocupaciones que debo empeñarme en cultivar esas amistades tan hermosas. Son sonrisas cómplices donde la certera “carreta” sorprende al inocente conversador en tardes sabatinas en el bodegón del Buen Estar de La Ermita. Si no sueltas la mandíbula contra las maneras de los panitas de siempre, no puedes aparecer por allí. Repito, cariños: ¡En los ojos de mis amigos se refleja lo maravilloso de la vida!
Almojábanas rellenas es el nuevo pan que se expende en La Atenas del Táchira, señores. No tengo elementos ciertos para detallar este manjar en su nuevo sabor, pero la invitación es a degustar estas almojábanas en la panadería del gordo Germán que queda en esquina de la calle 4 con carrera 9 y comentarlo en una charla cerca de la plaza Jáuregui. Talento es lo que sobra, cariños.
Comentan que en Elorza se quedaron penando los espíritus que destruyeron la fiesta criolla este año. Queda en manos de los que tienen que ver con este evento tan reconocido a nivel internacional para accionar y salvaguardar lo poco que queda de nuestra identidad musical llanera.