Opinión

Reverón, una vida entre la locura y el amor

10 de mayo de 2023

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Néstor Melani-Orozco

Caminar en las losas de Las Ramblas de Barcelona y meditar para ver los arcos de los reyes antiguos entre un Barrio Gótico donde Armando Reverón fue a estudiar en 1916, cuando aún efervecía Santiago Ruisiñol y Antonio Gaudi había dejado la conjugación de las formas arquitectónicas a través de su catedral de piedra. Estaba allí el siglo y como de las magias de Roul Dufy entre las presencias de Mauricio Utrillo y la vocación inmensa de Emilio Boggio para decirlo en la connotación de las escrituras en el pabellón impresionista de Francia. La Primera Guerra Mundial cambió los destinos.

 

El joven pintor regresa a Venezuela y quiere hacer de sus viajes las armónicas presencias. Y de amor y desde la vida se estudia las telas y los yutes, mientras a la orilla de las piedras se convirtió el castillete en un santuario, mientras Pancho el chimpancé se elevaba en un trapecio como testimonio de un circo de amores perdidos detrás de las añoranzas. Y el loro habló solo casi en un concierto de tantos amaneceres; mientras en el Balcón un contrabajo como de aquel teatro de los sueños de Macuto más adentro que un místico y más poeta con las fuentes eternas de los dioses. Reverón nació en Caracas un 10 de mayo de 1889. Alumno de la escuela que dirigía la idea de Antonio Herrera Toro donde Martín Tovar y Tovar hizo una Escuela neoclásica y de la «Casa Manrique» la fotografía venida de Nadal, como desde los delirios las mujeres en las ruecas en las pinturas de Velázquez; y Reverón, miembro del interesante círculo de Bellas Artes de Caracas. Con la vida de Monsanto, Cabré, Centeno Vallenilla, Tito Salas, Cruz Álvarez García, Belisario Rangel y Andrés Pérez Mujica. Luego viajero; estudiante de la Academia de San Fernando en Madrid. Donde Antonio Madrazo era profesor. Y de la Llotja de Barcelona en Catalunya y de la escuela de «La Chaumiere» de París. «El pintor de la luz». Hacedor Infinito de la escuela postimpresionista. Y único en la presencia en Latinoamérica, después de José María Velasco, del importante Pedro Figari.

 

Desde Sorolla hasta las pertenencias sublimes de Monet… En los 134 años de su nacimiento, debemos entender la esencia del «Loco de Macuto» señor de la «Maja Crlolla» realizado con pigmentos y pasteles en la lámina de una paca de cemento. A quien en 1953 le concedieron por esta obra el Premio Nacional de Arte. Entre mis recuerdos el día que fuimos a visitar el Castillete y de cada espacio estaba allí la pureza verdadera de un sagrado artista. Frente al mar Caribe. Años después logré dictar una conferencia en el Museo de Bellas Artes de Caracas sobre la importancia de entender sus épocas y reafirmar como un hijo de Táriba, escultor, fue su compañero de arte en París, llamado Belisario Rangel, dicho por Reveròn al periodista español Miguel de Ugalde, entre su pasión por los sepias y del azul sus «Mujeres en la Cueva» de los delirios y Juanita Ríos, su mujer; llevando las tristezas, para contar en las noches las estrellas y entre los encantos hoy ser expuesto en el «Moma» de New York. Del «Pompidue» de Paris, de la Nacional Gallery de Londres y de la gloria de su eternidad. Desde Buenos Aires, Madrid, México, Roma hasta Caracas. Un día de 2009 la museóloga Belkis Candiales me invitó a dictar un conversatorio en el Museo de Artes Visuales y del Espacio sobre «El Pintor de Macuto».

Allí apreciamos la importancia de nuestros artistas en memoria a Reverón, desde las presencias de Manuel Osorio Velasco… de ser cada 10 de mayo una meditación sobre nuestros maestros de aquella pertenencia de Elbano Méndez Osuna. De Valentín Hernández. De un saber de Pepe Melani, de las Raíces de Tomás Morales, entre las grandes propuestas de una escuela de Artes. Y entendernos en la verdad desde 1913 Marcos León Mariño fundara en San Cristóbal la primera pertenencia de las Artes. Más del diccionario de «Eugenio Delacroix» hasta la realidad social de nuestros creadores, tantos de amor en una verdadera institución sobre el valor humano, para la semilla consagrada de la cultura tachirense. En los méritos de nuestros Pintores, los escultores, los dibujantes y el credo mayor de una herencia que vino después del petroglifo en la ritualidad imaginaria y religiosa del convento de Santa Clara en La Grita. En 1580. Para grandes búsquedas e investigaciones académicas. Como el origen del primer pintor y la eternidad de la historia… donde vivirán los testimonios.

 

*Artista Nacional. *Premio Internacional de dibujo Joan Miró 1987. Barcelona. España. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Nacional del libro 2021.

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