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20 de diciembre de 2024
Eduardo Marapacuto
En estos días de diciembre los rumores parecen una explosión de pólvora mojada, especialmente en el contexto donde la desinformación y la manipulación mediática son herramientas utilizadas por sectores de la oposición venezolana para desestabilizar el país. La derecha fascista, en su intento por socavar la legitimidad del gobierno revolucionario y desestabilizar la paz social, ha encontrado en los rumores una estrategia que les calza a su naturaleza terrorista. Estos rumores no solo alimentan la incertidumbre y el miedo entre la población, sino que también generan un caldo de cultivo propicio para la violencia y el caos.
Los rumores, a menudo amplificados por redes sociales y medios de comunicación alineados con intereses y poderes internacionales, han sido utilizados para crear un clima de tensión y desconfianza. La narrativa que se construye en torno a los miedos inducidos, se entrelazan con un discurso que busca deslegitimar al gobierno bolivariano. En este sentido, la derecha fascista no solo se limita a criticar las políticas gubernamentales, sino que utiliza los rumores como un arma para incitar al descontento social y dañar la paz a la población y sabotear las navidades a las familias venezolanas.
Uno de los ejemplos más claros de esta estrategia se observa en la forma en que se han generado esos rumores. La oposición ha presentado la situación como un colapso total, ignorando todos los esfuerzos del gobierno y del Estado por mitigar los efectos de las sanciones económicas y agresiones de todo tipo impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. En lugar de fomentar un diálogo constructivo que permita encontrar soluciones, los sectores más radicales han optado por propagar rumores que exacerban el dolor y el sufrimiento de la población venezolana.
Precisamente, en este contexto, las hallacas, ese emblemático plato navideño venezolano, simbolizan mucho más que una tradición. Representan la unidad familiar, la celebración y la resistencia de un pueblo que ha sabido enfrentar adversidades a lo largo de su historia. Sin embargo, incluso en esta época decembrina, los rumores siguen acechando. La derecha fascista intenta socavar la esperanza y el sentido de unidad que las hallacas evocan, promoviendo un ambiente de desconfianza y división.
Es fundamental recordar que la paz no es simplemente la ausencia de guerra; es un estado de bienestar social, donde los ciudadanos puedan vivir sin miedo y con dignidad. La paz en Venezuela se ve amenazada no sólo por factores externos, como las sanciones, las agresiones y las intervenciones extranjeras, sino también por las acciones internas de sectores que buscan desestabilizar el país.
Para contrarrestar estas acciones desestabilizadoras, es esencial promover una cultura de paz basada en el respeto mutuo y la tolerancia. La construcción de una sociedad más cohesionada requiere esfuerzos conjuntos que trasciendan las diferencias políticas. Además, es crucial fortalecer los mecanismos de comunicación y educación para combatir los rumores y la desinformación. La ciudadanía debe estar equipada con herramientas que le permitan discernir entre información veraz y manipulada. La promoción de un periodismo responsable y ético es fundamental para garantizar que la verdad prevalezca sobre la mentira.
En conclusión, los rumores son una herramienta peligrosa en manos de quienes buscan desestabilizar a Venezuela. Las hallacas, símbolo de unidad y resistencia, nos recuerdan que, a pesar de las adversidades, siempre hay espacio para la esperanza y la paz. Es responsabilidad de todos los venezolanos trabajar juntos por un futuro donde los rumores no dicten nuestro destino y donde podamos disfrutar de nuestras tradiciones sin temor y sin miedo. ¡Qué así sea!
*Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas. MSc. en Seguridad de la Nación.
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