Opinión
Si le sustituyen los valores a la sociedad, le cambian su destino
sábado 11 octubre, 2025
Carlos Casanova Leal
El tema central es que los valores de una sociedad están constituidos por sus principios, y creencias compartidas; de ahí que la frase popularizada “Vigila tus pensamientos, porque se convertirán en palabras; vigila tus palabras, porque se convertirán en acciones; vigila tus acciones, porque se convertirán en hábitos; vigila tus hábitos, porque se convertirán en valores; vigila tus valores, porque se convertirán en tu destino” se ha atribuido históricamente a figuras como el líder pacifista Mahatma Gandhi o el filósofo Lao-Tse, aunque sin pruebas documentales que lo confirmen.
Visto así, los valores tienen una ruta, el pensamiento, luego convertido en palabras pasan a formar parte de las acciones, y las acciones forman el hábito. Y el ejercicio repetido por la sociedad de esos hábitos forman los valores que se acompañan en sociedad.
Cuando se habla de cambios, se señala que hay que cambiar la forma de pensar para que en su recorrido explanado en el párrafo anterior termine cambiando los valores. Este sería por decirlo un cambio de valores consentido por la sociedad en razón de que los valores implican fines que son deseados por la sociedad; ésta evoluciona y los valores van cambiando, por ejemplo de una Venezuela rural a una urbana sus valores cambiaron, con la modernidad y el desarrollo vinieron con nuevos valores; los valores de una sociedad democrática o los valores de una sociedad socialista o comunista, son distintos.
Las sociedades se diferencian por sus valores que de forma organizada sus integrantes manifiestan, guían su forma de vivir, sus valores son su identidad y sus creencias que se transmiten de generación en generación.
Sin embargo, la idea que transmite es la misma: Un cambio de pensamiento y valores a nivel individual y colectivo es el primer paso para cambiar el destino.
Schwartz (2007-1992) nos dice que “Los valores son creencias –es decir, cogniciones-, pero ligadas inextricablemente al afecto. Cuando una situación los activa, se ven imbuidos de emoción. Si valoro mi libertad –es decir, si la libertad es importante para mí-, me siento preocupado cuando la veo amenazada, afligido si la pierdo y contento cuando puedo disfrutarla”.
Las diferencias basadas en valores, nos trae por sociedades con valores religiosos y espirituales distintos, el valor en relación con la naturaleza es distinto en las sociedades, las tradiciones y rituales son propios de cada sociedad, los valores familiares y sociales son igualmente distintos, los valores de lo nacional, de las maneras y formas como hacemos las cosas.
El problema de la sustitución de los valores se presenta cuando el recorrido no se inicia en el pensamiento sino en el hábito, en un recorrido a la inversa.
Te cambian lo que haces, es decir te cambian el hábito, que es cambiar la acción, y por ejercicio repetido te cambian las palabras, y luego sin darte cuenta te cambiaron el pensamiento, y pasas de una sociedad de abundancia a una sociedad de escasez, de una sociedad con salario para satisfacer la calidad de vida de la familia, al bono de subsistencia.
En el caso de Venezuela y Cuba, las decisiones de carácter económico determinaron que los hábitos cambiaran, cuando usted revisa qué hacía en tiempos democráticos y qué hace hoy en tiempos del socialismo ortodoxo, se dará cuenta cuánto cambió su vida y valores por el solo hecho de que lo llevaron a hábitos que le cambiaron el pensamiento. ¿Y el destino? Si no cuidamos y luchamos por nuestros valores, cambiarán nuestro destino.
Dios bendice a los venezolanos, donde se encuentren.