Carlos Javier Rodríguez N.
Los emprendedores representan para la economía de cualquier país la base del empleo. Esta afirmación se origina del hecho de que son la fuente de trabajo embrionaria del nacimiento de una gran empresa, aunque inicialmente se encuentran en su mayoría en el sector de la economía informal.
El emprendedor en gran parte se origina de una idea, un deseo, una pasión por algo que se ha dado cuenta que está en sus manos y a lo cual puede dedicarse o compartir con su trabajo formal, esto para lograr el sueño de independizarse y prosperar en lo que sabe hacer.
Por las razones arriba descritas, el producto o servicio que ofrece el emprendedor representa su nombre, su estilo e incluso el gusto de dicha persona, por eso se convierte en el orgullo que inicialmente proyecta. Su comunidad y vecinos son los primeros en dar su aceptación, en creer en su idea, en su proyecto y por lo tanto refuerzan la posibilidad de poder crear el emprendimiento.
Hay que recordar que el emprendimiento siempre va a buscar el lucro personal, significando el mismo la posibilidad de obtener un ingreso que le permita al emprendedor mantener a su familia o en dado caso lograr la independencia de cualquier trabajo formal de las empresas ya establecidas.
Una vez que el emprendedor puede observar que su idea o proyecto está rindiendo los frutos necesarios que le permitan determinar que puede dar el siguiente paso hacia la economía formal, se presentan nuevos retos que son el producto de la exigencia del crecimiento de su actividad comercial; es así como surgen inconvenientes, por ejemplo la capacidad de almacenamiento de su producto, los canales de distribución que le permitan colocar sus bienes o servicios en el mercado, entre otros.
Todo emprendimiento representa un riesgo para el emprendedor debido a que la posibilidad de dar un paso en falso puede originar como consecuencia que su proyecto pueda desaparecer de la noche a la mañana, bien sea por que su producto sale del mercado debido a los altos costos o sencillamente surge otro factor de la economía nacional que determina la imposibilidad de continuar con sus labores habituales.
Factores como la inflación, fuentes de financiamiento, capital, normativa legal, desconocimiento de herramientas gerenciales que le permitan al emprendedor su permanencia y desarrollo en el mercado son entre otros factores determinantes para el estancamiento o deterioro de la incipiente empresa.
Otro de los principales factores que limitan al emprendedor para el crecimiento de su emprendimiento es el aspecto tributario, del cual en la mayoría de los casos no hay conocimiento alguno, el cual determina que el comercio de los bienes o servicios prestados se vean afectados por la posibilidad de una revisión fiscal por parte de las distintas administraciones tributarias, bien sea la nacional, estadal o municipal.
Es así como el emprendedor, sin conocer cuáles son sus obligaciones tributarias, puede ser objeto de diversas sanciones por el incumplimiento de sus responsabilidades. Tal es el caso de las sanciones indicadas en el Código Orgánico Tributario que son establecidas al tipo de cambio de la moneda extranjera de mayor valor según el Banco Central de Venezuela en sus publicaciones al respecto.
Por las razones arriba descritas, se puede observar que en muchas ocasiones la magnitud que representan las sanciones pueden originar que incluso el emprendedor vendiendo todo su negocio no pueda pagar las multas e intereses impuestos por la respectiva administración tributaria, generando muchas veces frustración y desencanto, y obligando al mismo a continuar con el comercio informal para evitar el perder su fuente de trabajo y sustento.
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