Skip to main content Skip to footer
  • Inicio
  • Política
  • Regional
  • Frontera
  • Nacional
  • Internacional
  • Opinión
  • Legales
  • Obituarios
  • Sucesos
  • Deportes
  • +Sec
    • Clasificados
    • Cosas del Mundo
    • Compilado Musical
    • Cultura
    • Economía
    • Farándula y Espectáculos
    • Flash
    • Infogeneral
    • Noche de Ronda
    • Reportajes y Especiales
    • Tecnología
    • Salud
    • Tachirenses en el mundo
    • Noche de Ronda
    • Obituarios
    • _________

Buscar en Diario La Nación

La Nación RadioPublicidad
Set Of Black Circle Social Media Logos With New X logo-ai
Set Of Black Circle Social Media Logos With New X logo-ai
Set Of Black Circle Social Media Logos With New X logo-ai
Set Of Black Circle Social Media Logos With New X logo-ai
ImpresoMiniavisos
  • Inicio
  • Política
  • Regional
  • Frontera
  • nacional
  • Internacional
  • Opinión
  • Legales
  • Obituarios
  • Sucesos
  • Deportes
  • + sec
    • Clasificados
    • Compilado Musiacal
    • Cosas del Mundo
    • Cultura
    • Economía
    • Farándula y espectáculos
    • Infogeneral
    • Marcas y negocios
    • Noche de Ronda
    • Reportajes y Especiales
    • Salud
    • Tachirenses e el mundo
    • Tecnología
Inicio/Opinión/Un teatro de democracia

Opinión
Un teatro de democracia

viernes 5 noviembre, 2021

Fernando Egaña

Sería muy injusto regatearle a la hegemonía despótica su habilidad para enmascararse de «democracia». No una democracia convencional o efectiva, claro que no, pero sÍ una con votaciones entalladas y tramoyas de diálogo, que confunden a mucha gente, y que dan pretextos a factores de poder, internos y externos, para defenderla, así sea con cierto disimulo.

Cuando ya el poder del predecesor derribaba el funcionamiento de las instituciones, el embajador de EE.UU. lo justificaba todo con el llamado concepto de una «democracia con sabor tropical». Afirmación insidiosa, sí las hay.

En un libro magnífico del gran jurista y escritor venezolano, Ángel Bernardo Viso: «Las revoluciones terribles», publicado en los albores de la hegemonía, ya se describe cómo la democracia estaba siendo minada deliberadamente desde el poder, y se advierte que la fórmula de la «revolución democrática», como decía Jimmy Carter, llevaría a Venezuela a un despotismo destructivo. En aquel momento de euforia demagógica no hubo audiencia para esas consideraciones, fundamentadas en la realidad y en la visión experimentada de Viso.

Han pasado dos décadas, Venezuela padece una catástrofe humanitaria en todos los órdenes de la vida nacional y, no obstante, la hegemonía se mantiene en el poder, entre otras razones, por el montaje de su fachada seudodemocrática.

Hay un escenario muy bien elaborado, que persiste en reciclar la obra del continuismo. El protagonista de la obra es Maduro, pero en el elenco figuran sus camarillas reconocidas, y muchos opositores de la boca para afuera. Beneficiarios todos de la segunda característica principal de la hegemonía, cuál es la depredación de los recursos venezolanos, y los negociados de la delincuencia organizada.

En la audiencia de la obra, sobre todo la de naturaleza política, hay mucha ambigüedad dolosa, en algunos casos, y negligente en otros. Atrás en el aforo, está el pueblo tratando de sobrevivir y sin liderazgo comprometido. Las voces desafiantes son descalificadas y perseguidas. En los palcos hay personajes como Borrell, que no llegan a aplaudir, pero tampoco desean que la tragedia culmine. Tendrán sus interesados motivos…

Detrás del escenario hay represión política, ruina económica y social para las mayorías, desprecio a los derechos humanos, y, en fin, el siniestro rostro de la hegemonía despótica, depredadora y corrupta. En el camerino central están los cubanos castristas, auténticos autores de tan malévolo guion.

Cuando recorro las calles de la destartalada Caracas, y observo la profusión de propaganda de candidatos opositores a las convocadas elecciones entalladas, algunos de los cuales, además, prometen villas y castillos; no puedo sino sostener que este teatro de democracia, a pesar de todos los horrores, de todos los crímenes, de toda la devastación, sigue preparando, con habilidad, más capítulos para quedarse donde está.

No sabemos cómo terminará este teatro. Pero sí sabemos que tiene que terminar para que Venezuela tenga un futuro humano y digno.

Cadena perpetua para estadounidense acusado de matar a tachirense Franyerlis

Sucesos

Detenido en Guásimos con 40 sacos de azúcar y material ortopédico

Sucesos

“Vendí mi medio de subsistencia  para pagar mi operación”

Regional

Destacados

Joven venezolana se lanzó de un puente peatonal en México

Casas de Cambio permitirían establecer un orden cambiario

Guardiana de las zarigüeyas en San Antonio

Karla Galvis y Merbis Orozco: Dos mujeres unidas por el lazo rosa

Un reto para las personas con discapacidad el ir y venir por la Quinta Avenida

Editorial Torbes CA
J-070059680

Miniavisos

Edición Impresa

Mapa del sitio

Política de privacidad

Sobre Nosotros