Opinión
Una Bomba en la Refresquería Ochoa, en Los Pequeños Comerciantes
25 de abril de 2025
Porfirio Parada
Las coordenadas, los ritmos del corazón y la vista cuando se transita en San Cristóbal. Antes de llegar al terminal de pasajeros uno puede pasar por el Viaducto Viejo, conectando con La Concordia y toda esa zona, gente caminando, gente trabajando en las calles, un tipo vendiendo lapiceros subiéndose en la buseta Línea Intercomunal, 19 de abril. El aviso es amarillo con rojo. También puede ser más arriba, bajando por el Hospital Central, por el Colegio de Abogados y Colegio Nacional de Periodistas, por ahí todo ese movimiento, carros y motos, venta de repuestos de carro, motos, negocios, vida, casas, panaderías, edificios, venta de plastico, la ciudad vive y revive incluso en los días menos pensados. Seguimos las direcciones, toda esa zona para desembocar, falta por la zona del Estadio Táchira, Diario La Nación, Mercantil Zambrano, bueno toda esa zona, más arriba la iglesia y más arriba una avenida, semáforos, más arriba Unidad Vecinal, pero ya me estoy alejando del sitio y del cuento toche. Ayer perdió Táchira en Argentina, 2 a 1, qué vainas con el aurinegro. Cero puntos en Copa Libertadores.
Ya en el terminal de pasajeros, más allá está Los Pequeños Comerciantes, lugar reconocido y popular de la ciudad, y los pueblos de aquí. Atrás, hay galpones, negocios, venta de pollo y huevos, frutas. Se escucha la oferta de papas y tomates por 2.000 pesos. Cambio de aceite del carro. Por esa zona hay gente vendiendo dólares, cambiando dólares a pesos, pesos a dólares. Tienen un paraguas, con los billetes en las manos, le dicen patrón a uno. Por detrás de Los Pequeños Comerciantes, hay un edificio como algunos edificios de Caracas, como los barrios de Caracas, tengo esa impresión y recuerdo. En la esquina un zapatero. En frente, pasa algunas líneas de transporte público, entre ellas La Circunversa. Hay un restaurante chino, línea de taxi, se ve la gente activa, algunos caminando apresurados, otros muy tranquilos pero despiertos. Hay gente que habla de la biblia en voz alta, otros fuman, otros almuerzan dentro. Se busca el dinero y el alimento, se busca la vida todos los días. Escribo este texto viendo servilletas que Jesús Omar Ochoa me dio en su local, Refresquería Ochoa en Los Pequeños Comerciantes. No tenía papel ni lapicero para anotar.
Antes de entrar con mi compañera, el cielo estaba gris, con luces plateadas entre las nubes. La sombra brillaba con destellos escondidos de sol arropado, viéndose la luz tímida en los cambures, plátano y papas exhibidas, entre el silbido de un vendedor y los motores de los carros, una mujer atiende semejante puesto, manda en el sitio, manda a un vendedor cortando yuca. Ella atiende normal, parece que no tiene presión, pero está pilas. Tiene punto de venta. Habíamos comprado algunas cosas para luego cocinarlas o guardarlas en la nevera. Luego, hablando y riendo, hablamos de tomar La Bomba, bebida afrodisiaca y muy conocida en la ciudad. Realmente ella es la que está más interesada que yo, le gusta mucho, pero yo la disfruto mucho también, incluso son las primeras veces que la tomo en toda mi vida. Una bomba mediana nos tomamos, luego pensábamos qué hacer después de almuerzo, nos despedimos diciendo gracias, cuando salimos vimos el sol descubierto, el clima había cambiado, mucho sol, sus rayos me consumían la piel, me llenaba de energía, todo se vuelve más vivo, por un momento, la energía intensa también venía de la bebida que nos habíamos tomado con vaso de vidrio tipo merengada frappe. Decidimos ir nuevamente donde Ochoa, y así fue. Nos gustó la vaina.
Una bomba tiene entre otras cosas, azúcar, leche en polvo, toddy, lechosa, leche condensada, sirope de fresa, chocolate, miel de abeja, brandy, vino, canela, Cerelac, hielo, testículos de toro, huevo de codorniz, vainilla, ojo (el cristal) del toro, me dijo Ochoa que es lo del colágeno, a la suma tiene como 16 ingredientes. Su puesto, queda entre el sector F y G, en la señalización y ordenamiento del espacio dice que por ahí venden, legumbres, hierbas, flores, panadería, víveres, confitería, condimentos, pero también se ve carnicerías, varias, carne y pollo exhibiéndose, colgando chorizos, costillas, venta de ropa, zapatos, chaquetas. Locales tipo abastos, kioscos. El dueño de refresquería Ochoa, me dice que hay clientes fijos que van a su puesto una vez por semana y se toman una bomba y se van, le pregunté sobre anécdotas cuando la gente ha ido a tomar la bebida, me dijo que hay gente que luego de tomar una bomba se paran y se caen ahí mismo. Me dijo como énfasis que la bebida es un «repotenciador», una vitamina, bueno mientras hablábamos y realizaba esa entrevista informal y a la vez interactuaba y le preguntaba como otro cliente más que llega al sitio y tal. Greissy sonríe y con el pitillo absorbe lo que le queda para luego tomar con su otra mano el vaso de vidrio Oster de la licuadora y servir la otra parte que le correspondía. Yo ya había terminado.
La refresquería Ochoa queda en una de las esquinas, en uno de sus frentes venden verduras, piñas, frutas, al lado más almuerzos. En el local hay un altar, hay una virgen y ángeles con espadas, hay una escalera, los vasos de vidrios están colgados como lo hacen en las fuentes de soda, también vende parchita y mora a 2.000 pesos. Vende empanadas y pasteles andinos, vende refrescos, la gente le llega, se sientan, comen, toman una bomba y se van, algunos le preguntan cosas, conversa con los que puede, mete un pitillo para batir y probar la otra bomba que está haciendo. Cuando le preguntaba a Ochoa sobre los ingredientes y anécdotas de la bebida, otro de los que trabajan con él, me dijo algo así como que bueno “entran dos y salen tres” diciendo y riéndose. En una de las entradas de Los Pequeños Comerciantes también hay un altar, claro este más grande, la gente tira billetes y rezan, oran. Y sigue la venta, el trabajo, la búsqueda y el rebuscarse, sigue la vida, por lo menos hoy sin planear y pasamos y nos tomamos otra bomba. Le dije al hombre que mañana se publicaba el texto por el Diario La Nación, fino que lo pueda leer, breve reseña de la vida en la ciudad, de la bomba, con los caminos, los sentimientos, la grata compañía, las experiencias de vivir aquí.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio