Pero hacer la diferencia pasa por entender que la revolución no solo es un cambio de estructuras de gobierno, cambio del modelo económico y político, sino un cambio cultural, una sustitución de valores. La revolución se consolidará si Usted se conforma con esta vida de pobreza y limitaciones que tenemos.
Carlos Casanova Leal
Es a su vez la revolución una eliminación progresiva de derechos ciudadanos, por ello afirmamos que la revolución nos trajo a estadios de vida donde no existían derechos ciudadanos, y que fueron logrados en las luchas sociales, por análisis en contrario, hoy los derechos los perdemos sin defenderlos.
Y al perder sus derechos se derrama su contenido, pasamos de ser una fuerte sociedad de abundancia a una débil sociedad en la pobreza, mientras que los revolucionarios pasan a ser la nueva monarquía, esto en razón de que su modelo de dirigente único no tiene alternabilidad.
En tiempos de democracia entre 1958 a 1998, fueron electos 8 presidentes y dos presidentes encargados por la crisis política complot contra la democracia, mientras que la revolución lleva 24 años, más de la mitad del tiempo de la era democrática, y solo ha tenido dos, sin contar que no existe punto de comparación entre las condiciones de vida de la democracia con una clase media grande y con la gran pobreza y éxodo de venezolanos de hoy.
La reingeniería social aplicada sobre los venezolanos pasa por llevarnos a la fractura familiar con el éxodo, a bajarnos a condiciones de sobrevivencia para que el ciudadano abandone lo que tiene y busque nuevos destinos; ésta por cierto es una de las fórmulas de acabar con la propiedad privada, por abandono, por falta de capacidad económica de darle mantenimiento, por la pérdida del valor de los inmuebles, igual sucede con los comercios y las industrias.
Todo está dentro del plan, no existe comunismo sin genocidio, la circunstancia de no cumplir con los derechos de contar con centros asistenciales bien dotados y con el personal calificado con tecnología de punta como se tuvieron, hace que el tránsito a cualquier hospital sea para ir a morir pero no a restablecer la salud, de ahí la ausencia de estadísticas.
La revolución propugna e impone valores contrarios a los que nos hemos dado en la sociedad venezolana a lo largo de los años; el proyecto ideológico y político que se impone es de carácter internacional, no es nacional ni nacionalista.
Nos impusieron una nueva forma de vida en las limitaciones y en la pobreza para la mayoría, en el decrecimiento para otros y se conformó una nueva clase social, la de los funcionarios y enchufados, que son los que pueden comprar lo que quieran al precio más bajo del que les costó a otros hacer una empresa, una finca o una industria. Esos son solo el 9 % de la población.
Dicho de otra manera, se gobierna para que ese 9 % viva bien; el resto, el 90 % somos la expresión del éxito de la dominación social, impuesta en el proyecto internacional.
El Gobierno apuesta a que usted se acostumbre como en Cuba, a que pierda incluso su ánimo por participar en las organizaciones comunitarias, electorales, que acepte que no tiene derechos y que su proveedor es el Gobierno.
En mi recorrido por las comunidades de esta semana que concluye, me encontré que ahora están haciendo las listas del CLAP que tenían 7 meses sin llegar, te mantienen en la pobreza y aparecen con más pobreza como solución.
Si usted no se percata de esta realidad y la acepta como su fatal destino de existencia, pues seremos hermanos de los cubanos cumplidos con el propósito de colonizar Venezuela, como ya lo hicieron.
Al único que no han conquistado ni colonizado es al ciudadano, si se normaliza se entrega a la vida sin sueños, lo contrario es aceptar la realidad y luchar por lograr los estándares de vida de la democracia.
Sí se puede.