Opinión
Venezuela 2026: Retos globales y la resiliencia ciudadana
sábado 27 diciembre, 2025
Carlos Casanova Leal
Nos aproximamos al nuevo año, y espero que los valores y aprendizajes del renacer de Jesús los llevemos como norte de nuestra actuación y no terminen en cajas de cartón en los closets.
Este año 2026 se avecina como un horizonte de incertidumbre para Venezuela y sus ciudadanos. Sea cual sea el rumbo que tomen las dinámicas políticas internas, lo cierto es que el mundo nos interpela con cambios profundos que no podemos ignorar. Guerras en Europa del Este y Oriente Medio erosionan la estabilidad global, mientras crisis económicas (inflación desbocada, deudas soberanas y disrupciones en las cadenas de suministro) amenazan con profundizar las vulnerabilidades locales; pero se presenta como un año que será de crecimiento económico moderado, con incertidumbres altas debido a las tensiones geopolíticas que actualmente existen y que no se han resuelto.
Las proyecciones más recientes de este diciembre 2025, varían según las proyecciones de las instituciones: Goldman Sachs estima un crecimiento global del 2.8 % (por encima del consenso de 2.5 %), Deloitte alrededor del 3.5 %, OECD 2.9 %, FMI 3.3 % y el Banco Mundial una recuperación tibia. En general, el consenso apunta a un rango de 2.8-3.3 %, por debajo del promedio histórico (3.7 % prepandemia), pero con riesgos a la baja por deuda y sorprende la proliferación de economías ilícitas impulsadas por guerras.
A esto se suma la precaria posición de la Unión Europea, al borde de una posible desintegración por divisiones internas, migraciones masivas y presiones energéticas. ¿Qué significa esto para nosotros? Menos inversión extranjera, mercados volátiles para el petróleo y un aislamiento que podría agravar la escasez y el desempleo. Sin embargo, en medio de esta tormenta global, vemos como se asoman grietas de prosperidad que las instituciones de riesgo y de proyección señalan, esto solo si nos ponemos en orden de las proyecciones citadas con políticas económicas que apunten a la creación de riqueza por parte del ciudadano.
La economía global se presenta bajo el concepto de crecimiento divergente (donde las economías más desarrolladas funcionan como la base que dicta las condiciones económicas a las regiones menos desarrolladas). EE.UU. seguirá según las proyecciones liderando con un 2.4-2.6 %, esto impulsado por estímulos fiscales, recortes de tasas e inversión en IA, mientras China decrecerá a un 4.4-4.8 % por debilidad interna compensada por exportaciones. Europa (eurozona) crecerá modestamente 1.1-1.3 %, afectada por competencia china, costos energéticos y presiones internas como el Euroescepticismo (como las tendencias a rechazar las instituciones de la UE y sus políticas) que podría fragmentar el mercado único.
Se estima que el número de conflictos armados aumentará más del doble de hace 15 años. Presenciamos un desorden global que pretende un nuevo orden global. El 2026 será el año del énfasis de la Inteligencia Artificial, que actuará como colega digital, actuando como motor principal integrándose al trabajo diario, investigación científica y eficiencia energética. Las tendencias incluyen IA multimodal, Edge AI (procesamiento local), robótica física y avances en computación cuántica. Esto redundará en un impacto directo en el aumento de la productividad hasta de un 15 % en algunos sectores, pero por otro lado despierta importantes preocupaciones por el empleo (desplazamiento en roles rutinarios), ciberseguridad, ética y desigualdad. Se estima que 75 % de empresas invertirán en IA transformando industrias como salud, educación y manufactura, mayor adopción de robots (incluyendo robotaxis), wearables con IA y optimización generativa.
Frente a estos retos, la actitud del venezolano debe ser de asumirlos con determinación. No basta con esperar: Urge fomentar la unidad cívica, impulsar la innovación local en agricultura y tecnología, y presionar por transparencia en la gestión pública. La resiliencia no es pasividad, sino acción: Emprender negocios adaptados a la economía digital, educar a las nuevas generaciones en valores democráticos y tejer redes de solidaridad comunitaria.
En resumen, 2026 será un año de transición compleja y divergente, oportunidades enormes en IA y resiliencia económica en potencias como EE.UU, contrastadas con fragmentación geopolítica (impulsada por guerras y Euroescepticismo), desaceleración requiriendo adaptación rápida y políticas proactivas. Estas proyecciones se basan en fuentes actualizadas como FMI, OECD, Goldman Sachs, Deloitte, EY, CFR, ICRC, ACLED, que enfatizan un equilibrio precario entre innovación y riesgos sistémicos, Europa/China, expansión de economías ilícitas y presiones climáticas globales. El mundo será más digital y conectado, pero políticamente dividido y vulnerable a conflictos.
El 2026 no será solo de sombras; será el año en que demostremos que, ante la incertidumbre mundial, los venezolanos elegimos construir. La pregunta es: ¿Estamos listos para liderar nuestro propio renacer?
Yo sí. ¿Usted?
Dios bendice a los venezolanos
Les deseo en nombre de mi familia un 2026 un año donde los sueños se hagan realidad.








