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26 de noviembre de 2024
El común de la población venezolana se pregunta ¿Cómo una vez terminada la usurpación, con un país deprimido y destruido, con un campo arruinado y empresas cerradas, con una deuda externa que nos restringe y agobia, la educación y salud por el piso, más de cinco millones de compatriotas que emigraron del país, buscando mejores perspectivas de vida, además de tantas calamidades que sobrellevamos, podremos superar, para pensar en un país mejor? ¿Acaso, es posible soñar con volver a una Venezuela en paz, productiva, generadora de empleo, alegre y feliz?
En hora buena, tengamos paciencia y mucha fe, porque los designios de Dios son inescrutables. Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Yavé, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la Tierra.
Èl me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en el país de Judá. A todo el que pertenezca a su pueblo, sea Dios con él. Que suban a Jerusalén con la ayuda de su Dios, y edifiquen allí la Casa de Yavé, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén… (Esdras 1.2, 3).El libro de Esdras trata sobre el regreso de los judíos a su propia tierra, sobre la reconstrucción del templo al llegar allí, y sobre la reforma de su religión
Aplicando estos conceptos a nuestra realidad venezolana, diremos que los judíos equivalen a nuestros paisanos emigrados y los que se quedaron. La reconstrucción del templo es la refundación de Venezuela y la reforma de su religión ha de ser la aplicación de un nuevo modelo de desarrollo, tal cual lo plantea el Libro Programa “Proyecto País Venezuela Reconciliada”, escrito por tachirenses, inspirados en principios de justicia social, libertad y democracia, que a la vez, en agradecimiento a Dios, al Dios de todos, porque nos inspiró, tal cual la cita de la Biblia en proverbios 8.6: “Oíd, leed, concebimos cosas excelentes, hablamos con verdad, justos son los planteamientos, rectas para el que entiende y razonables para el sabio, recibid y acatad todos esta enseñanza”.
Con la voluntad y el poder de Dios, nada debemos temer. Ahora no estamos bien, pero el país no está quebrado, como la empresa que tiene que cerrar porque no tiene respaldo que ofrecer. Estamos muy golpeados, sí, pero como el ave fénix resurgiremos de entre sus cenizas. De aquí el título de este artículo: “VENEZUELA es un país bendito y protegido”. Dios mediante, nuestros nuevos gobernantes que surjan como resultado de elecciones libres que se darán, después de la usurpación y el gobierno de transición, tendrán la responsabilidad de la reconstrucción del templo que es Venezuela. Basados en el “Proyecto País”, delinearán y ordenarán la ejecución de un plan de gobierno capaz de convertir a nuestra nación en un país próspero, de alto desarrollo y productividad, moderno, acogedor y una ciudadanía feliz. Su modelo será seguido por otras naciones en desarrollo.
Somos país bendito y protegido por la providencia: contamos con el apoyo solidario de la comunidad internacional, de países amigos que nos han ofrecido su apoyo. Tendremos cuantiosos recursos financieros que emanarán de un fondo exterior consolidado, tipo Plan Marshall, para la reconstrucción de un país que recibiremos, prácticamente, arrasado. Nuestra seguridad y la de los organismos internacionales cooperantes, estará amparada con el respaldo de los inmensos recursos naturales, mineros, energéticos, hídricos y excelentes tierras de vocación agropecuaria, entre otros. Debemos tener presente que somos el país con las mayores reservas petroleras del mundo, calculadas en 298.4 mil millones de barriles, seguidos por Arabia Saudí, con 268.3 mil millones de barriles, y Canadá, con 171 mil millones de barriles. El petróleo continúa siendo el principal combustible del mundo, representando un tercio del consumo global de energía.
Venezuela es el caso más paradigmático. Además de ser el país con las mayores reservas de petróleo, hay que añadir algunos otros minerales. Somos poseedores de la cuarta “mina de oro” más importante del planeta, ubicada en la región del Arco Minero del Orinoco, por lo cual, Venezuela se reafirma como potencia minera a escala global. Poseemos, además, otros minerales como hierro de alta calidad, bauxita, diamantes y torio, además de sus enormes reservas de coltán, que es el nuevo “oro azul”, del que posee reservas valoradas en más de 100.000 millones de dólares.
Estos valores, conjuntamente con el “capital humano y capital social venezolano” de muy alta calidad, constituyen nuestro aval y garantía de cumplimiento de nuestros compromisos con la comunidad internacional.
*Doctor en Cooperación Internacional, Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional
Alejandro Bautista González*
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