Opinión
Venezuela: un vistazo crítico al futuro petrolero bajo las expectativas de Maduro
27 de enero de 2025
Moises Orraiz*
Nicolás Maduro, al asumir un nuevo mandato como presidente de Venezuela, proyectó un incremento en la producción petrolera del país, aspirando alcanzar los 1.500.000 barriles diarios con «esfuerzo propio». Aunque el país reportó un promedio de 1.057.000 barriles diarios en enero de 2024, esta meta ambiciosa enfrenta desafíos considerables en el contexto de las sanciones internacionales, la falta de inversión extranjera significativa y la infraestructura desgastada.
Un repunte en la Producción: ¿Realidad o Propaganda?
Como “trader” e inversionista en los mercados globales, es importante analizar este escenario desde un enfoque pragmático. Venezuela, poseedora de las mayores reservas probadas de crudo del mundo, logró un aumento del 17,6 % en su producción durante 2024, según datos de la OPEP. No obstante, esto sigue estando muy lejos de los 2,89 millones de barriles diarios producidos a principios de siglo. Este estancamiento no solo refleja la devastación económica de la última década, sino también las limitaciones estructurales de un sistema que opera bajo sanciones internacionales y sin el apoyo técnico adecuado.
El Impacto de las sanciones y la Infraestructura obsoleta
Las sanciones estadounidenses siguen siendo un factor determinante. Aunque en 2023 se dio un alivio parcial que permitió a empresas extranjeras reanudar operaciones, estas medidas están lejos de eliminar el riesgo político y económico que representa operar en Venezuela. En mi opinión, estas sanciones continuarán afectando negativamente no solo a la producción, sino también al acceso de PDVSA al financiamiento internacional, insumos técnicos y la modernización de su infraestructura.
Adicionalmente, la industria petrolera venezolana ha sido víctima de una década de desinversión y mala gestión. La explosión en la infraestructura de gas en Monagas es un ejemplo claro de cómo las fallas estructurales dificultan el crecimiento sostenible de esta industria. Mientras estas condiciones persistan, cualquier intento de alcanzar metas ambiciosas como los 1.500.000 barriles diarios parece más una declaración política que un objetivo alcanzable.
Consecuencias para la Economía Venezolana
Desde el punto de vista macroeconómico, el bajo nivel de producción sigue limitando la capacidad de Venezuela para generar divisas. El crudo representa más del 90 % de sus exportaciones, por lo que la economía sigue atrapada en un ciclo vicioso: Necesita ingresos petroleros para reconstruir su infraestructura, pero carece de la infraestructura necesaria para aumentar significativamente la producción.
En el contexto global, las sanciones han aislado a Venezuela de los principales mercados financieros, reduciendo su competitividad y limitando la diversificación económica. Esto significa que, incluso si logra un crecimiento modesto en la producción de crudo, su impacto en el crecimiento económico general será limitado, especialmente si los precios del petróleo permanecen volátiles.
Un Camino Lleno de Incertidumbre
En mi juicio, la declaración de Maduro debe leerse con precaución. Aunque es cierto que hay un pequeño repunte en la producción, este no aborda las cuestiones de fondo: la sostenibilidad a largo plazo, la falta de confianza de los inversores internacionales y las continuas tensiones geopolíticas.
Para que Venezuela realmente aproveche sus vastos recursos petroleros, necesitará reformas estructurales profundas que incluyan transparencia, apertura a la inversión extranjera y una estrategia efectiva para gestionar las sanciones. De lo contrario, seguirá siendo un jugador marginal en los mercados globales de energía, con una economía estancada que no puede aprovechar su enorme potencial.
*Fundador de Grizzly Traders