El Consejo Legislativo del Estado Táchira (CLET) carece de facultades para aprobar un impuesto de entrada y salida del país a los venezolanos, porque esta potestad le corresponde al poder público nacional. Es el Seniat, y es la Presidencia de la República, la que tiene el manejo de la política exterior venezolana.
Humberto Contreras
La afirmación es expuesta por el exparlamentario tachirense Walter Márquez, al ser abordado en cuanto a su parecer con respecto a la nueva ley tributaria regional, aprobada por el Consejo Legislativo del Estado Táchira el viernes 3 del mes en curso.
Dicha ley, denominada Ley del Sistema Tributario del Estado Táchira, establece un impuesto a pagar en las oficinas del Seniat en nuestra zona fronteriza, para aquellos viajeros que salgan o entren al país, y sellen pasaporte.
— Este impuesto recién aprobado por el Poder Legislativo -señala Márquez- viola el artículo 50 de la Constitución de la República, que garantiza el libre tránsito en Venezuela, y viola el artículo 24 de la Constitución Política de Colombia. Además, viola el acuerdo binacional conocido como Tratado de Tonchalá.
Explicó el conocido luchador social que el Tratado de Tonchalá autoriza el ingreso de venezolanos a Colombia únicamente presentando la Cédula de Identidad, y de igual manera con los ciudadanos colombianos que vengan al territorio patrio.
– Se atenta contra un tratado internacional y de convivencia, firmado entre ambos países, que garantiza el libre tránsito de venezolanos y colombianos con sólo presentar el documento respectivo de identidad.
Indicó que, en otras palabras, el Consejo Legislativo está actuando con extralimitación de funciones, y abuso de poder. Ellos pueden legislar en materia de impuestos internos en el estado, pero no en materia internacional, porque eso escapa a sus facultades constitucionales.
“Así que, como integracionistas, rechazamos esta aprobación, que afecta la Constitución de la República de Venezuela, la Constitución Política de Colombia, el Tratado de Tonchalá, y especialmente la integración fronteriza”.