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24 de noviembre de 2024
Durante el siglo XX cuatro presidentes vivieron el exilio, generalmente obligados a dejar el poder por sendos golpes de Estado
Humberto Contreras
El exilio es una faceta de la actividad política, por lo general, que han padecido muchos venezolanos. Puede ser forzado, o voluntario. Viene a colación el tema por la noticiosa salida, en carácter de exiliado, de Edmundo González Urrutia, proclamado por la oposición venezolana como ganador de las elecciones del 28 J.
La Real Academia de la Lengua, RAE, define la palabra exilio como “1. Separación de una persona de la tierra en que vive. Destierro, desarraigo, y 2. Expatriación, generalmente por motivos políticos”. Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) define el destierro como la pena de expulsión de una persona, de un territorio. La mayoría de las veces, el Estado es el que ejecuta la acción contra la persona, temporal o permanentemente, amparándose en la presunta comisión de un delito.
Revisamos, un poco apresuradamente, la historia política venezolana para conocer algo sobre exilio de venezolanos, y conseguimos que nuestra historia política está marcada por el destierro de muchos de quienes en su momento fueron actores importantes en la vida pública nacional.
En este trabajo hacemos una revisión especialmente de los presidentes que sufrieron exilio, por razones políticas. En primer lugar, e iniciando el siglo XX, el tachirense Cipriano Castro, primer presidente del siglo y primer presidente exiliado. El 23 de noviembre de 1908 tuvo que salir del país hacia Alemania, con su esposa Zoila, para buscar tratamiento médico, y deja encargado de la presidencia a su vicepresidente Juan Vicente Gómez.
El viaje de Castro fue aprovechado por Gómez para darle un golpe de Estado, el 19 de diciembre de 1908. Pasó su exilio en Madrid, París y en Santa Cruz de Tenerife, y desde 1916 en Puerto Rico, donde murió el 4 de diciembre de 1924, en Santurce.
Medina Angarita
Isaías Medina Angarita había promovido cambios sustanciales desde la presidencia, a través de nuevas leyes, pero no quiso aprobar el sufragio universal directo y secreto para aplicarlo en la elección presidencial que se aproximaba.
Ello fue la causa esgrimida por los sublevados, encabezados por jóvenes líderes militares, junto con dirigentes del naciente partido de Rómulo Betancourt, Acción Democrática, quienes dieron el golpe el 15 de octubre de 1945. Medina es apresado y expulsado del país. El 8 de mayo de 1952 sufrió un accidente cerebro vascular, y se hospitalizó en el Doctor’s Hospital de Nueva York, donde había pasado su exilio. Cuando se le permitió su regreso a Caracas, tenía como secuela irreversible una hemiplejia. Falleció un año después, el 15 de septiembre de 1953, a los 56 años.
Rómulo Gallegos
Las críticas contra Gómez, hechas por Gallegos en su novela Doña Bárbara, lo llevaron a renunciar como senador y, junto con su esposa, doña Teotiste, a autoexiliarse, primero en Nueva York y luego en España, tierra de sus antepasados, desde el 4 de abril de 1931 hasta 1935, a la muerte de Gómez. Fue su primer exilio.
Regresa a Venezuela a la muerte del dictador, para ser candidato presidencial de AD para el proceso de 1947, siendo electo Presidente, el 14 de diciembre. El 24 de noviembre de 1948, como consecuencia de discrepancias con los militares encabezados por Pérez Jiménez, Delgado Chalbaud y Llovera Páez, fue derrocado y emprende su segundo exilio hacia México, con su esposa, quien muere en ese país, el 7 de septiembre de 1950. Gallegos regresó a Venezuela al finalizar la dictadura de Pérez Jiménez y murió el 5 de abril de 1969.
Tres exilios de Rómulo Betancourt
En la madrugada del 23 de enero de 1949, Rómulo Betancourt voló a Curazao, con su esposa y su hija. El entonces expresidente de la República, quien no pudo llegar a acuerdos con la Junta Militar de Gobierno, se había asilado, una semana después del golpe a Gallegos, en la embajada de Colombia, y luego de casi dos meses obtuvo el salvoconducto que le facilitaba el tercer exilio de su vida. Regresó al país a la caída de Pérez Jiménez, para liderar su partido AD, y logra el triunfo electoral en 1958.
El primer exilio de Rómulo fue entre 1928 y 1936, comenzando su vida política involucrado con la rebelión juvenil de la Semana del Estudiante en febrero de 1928, de donde pasó al Cuartelazo del 7 de abril para intentar derrocar a Gómez. El fracaso del movimiento llevó a Rómulo, de apenas 20 años, a escoger entre la cárcel y huir. Este primer exilio fue de 7 años y medio.
El segundo exilio ocurre por su actitud frente al gobierno de López Contreras. Ahora era un líder de la oposición, a través de una organización clandestina, el PDN, de corte izquierdista. En esta oportunidad se fue a Chile, junto con su esposa, Carmen Valverde. Y allí estuvo 14 meses.
Pérez Jiménez
Marcos Pérez Jiménez fue presidente de facto desde el 2 de diciembre de 1952 hasta el 23 de enero de 1958, cuando fue derrocado por un golpe de estado promovido por militares descontentos y la población, que venía haciendo masivas manifestaciones en contra de sus políticas represivas.
Pérez Jiménez es depuesto, y negoció su salida del país, mientras tomaba el poder la Junta de Gobierno presidida por el contraalmirante Wolfgang Larrazábal. Pérez Jiménez se fue a República Dominicana, luego a Estados Unidos y finalmente se asila en España junto con su familia, protegido por Francisco Franco.
Muchos otros dirigentes políticos destacados en su momento, como Rafael Caldera y Jóvito Villalba, fueron también pacientes del exilio, cuando Pérez Jiménez y ambos regresaron luego del 23 de enero de 1958.
Exiliados en la actualidad
Actualmente, hay un gran número de venezolanos en distintos países, en esa condición. Solo en 2017, más de 50 personas, entre dirigentes políticos, magistrados y funcionarios públicos, asumieron el exilio. Sólo como referencia, logramos una lista, incompleta, por supuesto: Juan Guaidó, Antonio Ledezma, Leopoldo López, Luisa Ortega; los diputados de la AN-2015; los miembros del TSJ anterior; Carlos Veccchio, Lester Toledo, Fredy Guevara, Carlos Ortega, presidente de la CTV; Antonio Rivero, Ramón Muchacho, Gustavo Marcano y David Smolansky, entre otros.
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