Freddy Omar Durán
La calle habla. Y en cuanto a las elecciones que se avecinan este domingo 28 de julio, son las que más han acaparado las conversaciones de los tachirenses en los últimos años.
Encuestados en la calle coinciden en afirmar que independientemente del ganador, el cambio se avecina, y es mucho lo que para ellos se pone en juego al determinarse el destino de la silla presidencial.
Entre conservar lo que se ha venido obteniendo, o conseguir lo que se siente como profunda falta, es este el verdadero dilema del tachirense de a pie, que muy poco evalúa propuestas, o muy poco se centra en ella, pues se aferra al valor simbólico que cada candidato representa.
Pero igualmente no dejan de haber los que prefieren inhibirse, alegando que aunque presuma cada opción de distinguirse de su oponente, en realidad todo sería más de lo mismo. Igualmente los abstencionistas consideran que una transformación del país en pos de una mejor calidad de vida de sus habitantes, va más allá de lo que una sola persona haga o deje de hacer, siendo lo más importante el cambio de un pensamiento colectivo.
Pero los que no solo defienden sino que casi espontáneamente se han vuelto promotores entusiastas del acto democrático, se han hecho portavoces de elevados motivos, e incluso han mostrado toda la voluntad de hacer valer su decisión independientemente de demoras, dificultades de movilización o de cualquier tipo. Incluso han afirmado que si bien aguardarán con paciencia los resultados, se negarán ir a la cama sin conocerlos.
No obstante, una constante en toda encuesta es que abstención estará muy alejada de las cifras tradicionales, que en los últimos 15 años, su mínimo ha sido del 19 % en presidenciales.
—Yo veo mucho entusiasmo en la gente. Yo creo que esa cifra de participación del 80 por ciento que dan muchas encuestas es una referencia de que la gente está motivada para participar en esta oportunidad. Hay una reacción popular para hacer posible que haya cambios. La comunidad internacional está pendiente de lo que suceda ese domingo, pero aparte de ello hay una conciencia nacional de que es necesaria la participación de la gente en los procesos electorales— subrayó el académico universitario Román Hernández.
En las conversaciones de calle, más que recomendaciones por la mejor alternativa, se escucha la agenda que cada quien cumplirá ese día, y un intercambio de consejos para que ese día se eviten problemas.
Emoción y familia
Mucha emoción hay en el ambiente, que muchos vivirán con la alegría de una fiesta democracia y otras en una especie de angustia. En este aspecto, hay un deber con nosotros mismos que implica en situaciones de máxima tensión, un autocuidado de nuestra psique.
“Lo primero y principal es tratar de mantener la calma y prepararnos para un ambiente que va a ser abrumador: va a haber mucha gente, lo que puede generar mucha alegría y euforia por la aglomeración de gente; pero para otras personas, más vulnerables en la parte emocional, pues eso le puede provocar un poquito de angustia e intranquilidad. Se trata de quienes sufren de fobia a los espacios abiertos y sitios concurridos. La idea es que manejemos nuestros impulsos el día domingo que vamos a ejercer el derecho supremo. Tomarse las cosas con tranquilidad, y si necesitan de algún medicamento, no suprimirlo, como ansiolítico, y también recurrir a ingredientes naturales para aplacar los nervios– aconsejó el psiquiatra José Abel Colmenares.
Otra característica de estas elecciones afecta especialmente al seno familiar, que por fenómenos como la diáspora, han sufrido el alejamiento de los seres queridos. De hecho, para muchos lo que suceda este domingo.
–Yo tengo dos hijas afuera, y quiero tenerlas otra vez cerca de mí. Yo voto para volver a reunir a mi familia. Todos mis sobrinos están afuera, y de más de 80 personas que conforman mi familia no están aquí ni la mitad. Hay que salir a votar bien temprano— afirmó Ana Roa.
Independientemente del ganador, en la calle se le ha adjudicado secuelas positivas, capacidades de dar un viraje a un país que lo necesita. Se sabe que estas elecciones serán inéditas y en nada se comprarán con ningún otra que se hayan realizado en Venezuela desde la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez.
–Nosotros no sabemos qué va a pasar; pero igualito la gente tiene que ir a votar, para fortalecer nuestra democracia y el futuro de nuestras familias. Debemos ir a una transición donde las cosas mejoren— dijo con gran convencimiento María Teresa Alvarez.