El paseo recreativo, deportivo y ecológico Brisas del Torbes -o La Trocha, como también se le conoce-, rescatado después de una inversión de más de 30 millones de bolívares e inaugurado en el año 2013 por el exmandatario regional José Gregorio Vielma Mora, se encuentra en total abandono.
Luego de su rehabilitación junto al puente Libertador y el Faro de la Marina, esta tríada se convirtió en un atractivo recreacional para todos los tachirenses, y con frecuencia se visualizaban ciudadanos compartiendo y disfrutando de las instalaciones, que abarcan un estimado de 20 kilómetros.
Ahora bien, esta alternativa para llevar una vida saludable se ha convertido en un importante foco de contaminación, pues en sus alrededores se observa la acumulación indiscriminada de desechos sólidos y escombros, así como la quema de los mismos, lo que produce un sinfín de enfermedades que afectan a las comunidades aledañas.
También se percibe la convergencia de restos de animales muertos con las aguas de cloacas provenientes del barrio Las Margaritas de Táriba, las cuales ya abarcan un amplio trayecto de la vía principal del parque.
Cabe destacar que los extensos jardines se acabaron y este parque ya no cuenta con el atractivo de la policía montada a caballo, ni mucho menos en bicicleta. Asimismo, ya no existe el espectáculo luminoso del puente Libertador, que le brindaba majestuosidad al lugar en horas de la noche.
Actualmente, el antes concurrido lugar se encuentra en condiciones deplorables; y tanto la inseguridad como la proliferación de enfermedades es lo único que se puede encontrar.
El asfaltado de la vía principal también está en riesgo, pues si se toma en cuenta el desbordamiento de aguas servidas que cubren un tramo del trayecto, en cualquier instante este se puede levantar, lo que inhabilitará el conocido proyecto “Trocha” realizado en el año 2012, durante la gestión del gobernador Cesar Pérez Vivas con el objetivo de comunicar la capital con la zona norte del estado, debido al colapso que tuvo el puente de la autopista que une a San Cristóbal con Táriba y Cordero.
De manera que se espera en algún momento las autoridades competentes consideren que sea nuevamente acondicionada y rehabilitada la vía alterna de circulación, con el objetivo de recuperar su armónico atractivo y sus espacios sean empleados para la recreación y el deporte, y no como vertedero de desechos, así como también prever una posible contingencia con el puente.
(Daniel Santamaría / Pasante UBA)