La Anunciación y la visita a Santa Isabel son parte de las elaboraciones que acompañan al tradicional pesebre en el templo lobaterense
Juan José Contreras Cárdenas
De los más de cuatro siglos de existencia de Lobatera, es desde 1750 que su territorio actual fue erigido como viceparroquia eclesiástica, y desde entonces la fe en torno a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá ha marcado la historia y la tradición de las familias lobaterenses. En Navidad, el pesebre de la iglesia es el marco de las misas de aguinaldo, y este 2024 su presencia tiene una novedad.
A lo largo de los pasillos laterales del templo se dispusieron escenas de la Natividad: la Anunciación (Lucas. 1,26-38) y el pasaje donde María visita a su prima Isabel (Lucas. 1,39-56), elaboradas en tamaño real, a escala, y que anteceden al pueblo construido en la clásica representación del nacimiento que está a un lado del altar.
Asimismo, una de las piezas de imágenes religiosas de la iglesia de Lobatera, la de la Sagrada Familia, está posada al otro lado del altar mayor con una decoración que le aporta un entorno natural a esta representación. El templo tiene ese aire decembrino, desde su entrada está dispuesto un enorme árbol de Navidad que antecede la representación dispuesta sobre la Natividad.
La elaboración de las escenas y el pesebre, una vez más fueron impulsadas por el señor Oscar Sánchez, con la colaboración de los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y varios jóvenes del pueblo como Manuel Pacheco, Jesús Andrés Ramírez, Rudy Arismendi, entre otros. Sánchez exaltó el esfuerzo en conjunto que durante varios días materializaron la elaboración de esta novedosa construcción navideña en la iglesia de Lobatera.