Política

“La política es secundaria para los venezolanos”

13 de febrero de 2023

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El analista político Jesús Seguías ofreció a Diario La Nación una evaluación del escenario político de cara a las elecciones presidenciales de 2024


Diego Mendoza


Venezuela se prepara para una nueva etapa de competencia electoral. Los partidos políticos de oposición han empezado a presentar sus precandidatos y a formular acuerdos en torno a unas posibles elecciones primarias a fin de seleccionar a un candidato único para enfrentar al oficialismo.

Esto ocurre mientras el país vive desde el inicio del año una ronda de manifestaciones por parte de los empleados públicos, que exigen aumentos de salario, a raíz de que el ingreso mensual en varios casos no llega a superar los ocho dólares, a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela (BCV).

En las más recientes elecciones, llevadas a cabo en noviembre de 2021 para elegir a gobernadores y alcaldes, participó sólo el 41,8 % del padrón electoral, y por primera vez en 15 años de chavismo, se aceptó la presencia de una misión de observación de la Unión Europea.

Venezolanos en nivel de desencanto

En función de obtener un análisis del actual contexto en el que se van a desarrollar las campañas y los comicios, Diario La Nación conversó con el investigador, asesor y presidente de Datincorp, Jesús Seguías.

1) Según lo estipulado en la ley, el próximo año se deberían realizar las elecciones para escoger al presidente encargado para el periodo 2025 – 2030. Pero, ¿qué tan creíble es actualmente para los ciudadanos el proceso electoral?

R.: Diríamos que, en términos generales, los venezolanos en este momento están en medio de un nivel de desencanto, donde los que siguen viviendo en el país decidieron actuar de una manera distinta a como lo venían haciendo, porque se dieron cuenta que quedaron con tres caminos por tomar ante la actual crisis:

El primero, migrar, como lo hicieron aproximadamente siete millones de venezolanos; de los cuales, por cierto, cerca de cuatro millones son opositores que ahora no tienen capacidad de votar en el exterior. El segundo, quedarse para despedir odio, lamentarse, y estar en una permanente denuncia, pero paralizados en la búsqueda de soluciones.

Y el tercer camino, en palabras coloquiales, ha sido el de ‘echarle pichón’ a la vida, pasándole por encima a los políticos, a sus diatribas, y ver cómo resuelven de manera proactiva la situación personal por la que pasa cada familia.

Esto último es lo que define en este momento el surgimiento de tantos emprendimientos personales y familiares. Son ciudadanos que dijeron aprovechar las rendijas que dejó el Gobierno para empezar a producir. Por ejemplo, la dolarización de hecho más no de derecho, la liberación de los precios, entre otras, que contribuyeron a estimular parte del aparato productivo que estuvo paralizado durante muchos años.

Por ende, estos venezolanos que continúan en el país, ven a la política de una manera secundaria. La política ya no es un tema cotidiano, al igual que ha cambiado el interés por participar en unas elecciones primarias o las presidenciales de 2024, aunque aún es muy prematuro llegar a sugerir que nadie va a participar o que va a participar la inmensa mayoría.

Pero en todo caso, lo importante es entender que ya no son temas prioritarios para la ciudadanía, cómo sí lo fueron en el año 2012 o 2014.

2) ¿Cree que en parte esto que usted sostiene se puede evidenciar en las protestas que han surgido desde comienzo de año, donde empleados públicos salen a manifestar por reivindicaciones salariales, pero negándose a ser acompañados por actores políticos?

R.: Esas protestas son espontáneas, están desligadas a los factores políticos. Algunos de manera pícara tratan, sin éxito hasta ahora, de sacarle provecho en términos políticos.

El hecho cierto es que los venezolanos tienen razones de sobra para salir a protestar. Lo que ganan los empleados de la administración pública es deplorable.

No podemos decir que estas manifestaciones se produjeron para exigir a Nicolás Maduro que se vaya del poder. Sino que es el reflejo de la más pura indignación que hay en la ciudadanía porque se tiene una situación económica terriblemente compleja.

3) Considero que ha tocado tres puntos fundamentales para describir la nueva realidad del país como lo son el paso a segundo plano de la política en la vida del ciudadano, las protestas para procurar reformas más no cambios violentos, y el éxodo de casi siete millones de venezolanos, en su mayoría opositores. ¿Cuál debería ser la estrategia de la oposición para canalizar a su favor estos factores?

R.: Desde hace más de 12 años yo vengo alertando que la solución a las crisis que se han venido pronunciando en Venezuela, pasa por un nivel de entendimiento entre los factores políticos.

La tesis de la confrontación radical para generar un desenlace excluyente no es posible. Tuvieron que pasar 24 años de confrontación inútil, con centenares de víctimas, para darse cuenta que el camino es sentarse en una mesa de negociación en busca de acuerdos.

Todos sabemos que el período de confrontación inútil en el país inició en 1998, derivando en lo que tenemos hoy en día. El punto está en que, si el adversario quiere montarse en un ring, pero usted es demócrata, la respuesta debería ser no seguirle el juego. Haciendo un llamado a bajar la presión y buscar puntos de entendimiento.

4) ¿Y existe ahora mismo un líder político con esta facultad de mediador que pueda conducir a un acuerdo de gobernanza entre las diferentes fuerzas políticas en pro del bienestar ciudadano?

 R.: Ese es precisamente el problema, que no podemos seguir viendo el destino de Venezuela en función de un líder que surja de repente.

La gran crisis del país es la ausencia de un partido político, de un liderazgo colectivo que se convierta en un referente. Un liderazgo individual es peligrosísimo porque siempre terminan en tiranías, en autocracias.

En el siglo XXI los caudillos y los mesiánicos ya no funcionan, porque estamos en una era de gente educada, civilizada, formada en los valores de la democracia y la libertad, que no siguen a cualquiera, y eso es algo que nuestros partidos políticos parecen no entender, siendo de hecho la implosión de los grandes partidos un detonante de la actual crisis que se vive.

El vacío de democracia en los partidos políticos tradicionales que se alternaron el poder hasta el final del pasado siglo, abrió las compuertas para que un proyecto político trasnochado se hiciera cargo del asunto.

Y lo peor del caso es que, en lugar de haber una reflexión profunda en el seno de esas organizaciones en procura de correcciones, lo que se ve es más de lo mismo, incurriendo en la misma receta fracasada para producir un cambio.

Esto ha llevado a que inexorablemente el chavismo haya marcado la pauta política en el último cuarto de siglo.

Hay que ver cómo en otros países los representantes de los partidos han renunciado a sus cargos de manera voluntaria por tan sólo haber perdido unas elecciones, eso se llama respeto al ciudadano.

5) Me gustaría que, por último, pasemos a analizar cómo vienen desarrollándose las cosas desde el Gobierno ¿Considera que ellos sí han sido coherentes en su estrategia, teniendo bien definido su camino de cara las elecciones de 2024?

R.: Pienso que el chavismo viene pasando por un proceso silencioso y poco visible porque no ha habido confrontaciones abiertas. Pero sin duda un proceso que denota que se viene generando un cambio interno en la forma de concebir su socialismo.

Ellos se dieron cuenta que la economía socialista resultó el fiasco más grande del mundo. La etapa de las expropiaciones, de los ataques al sector privado que había antes, ya no existe. Han comprendido que sólo el capitalismo puede salvar su proyecto político.

En segundo término, por más conductas autoritarias y con algunas pretensiones totalitarias a futuro, lo cierto es que Venezuela no ha entrado todavía en la profundidad dictatorial que vemos en Cuba o Nicaragua.

El hecho de que Juan Guaidó camine por el país llamándose presidente interino, o que haya precandidatos que aseguren que de ganar la presidencia llevarán a Nicolás Maduro ante la justicia para ser condenado, demuestra mi punto.

Y en este sentido yo creo que los venezolanos no estamos aprovechando las grietas que aún se tienen para sacar el máximo provecho en favor de un cambio.

Aquí hay que entender que no existe más alternativa que entenderse con el Gobierno, así eso incluso signifique buscar un candidato opositor que se lleve bien con el oficialismo. Particularmente creo que no hay otro camino, y a la gente se le deben hacer propuestas sensatas.

Es importante hacernos a la idea que de ahora en adelante para avanzar tendrá que ser a través de consensos con el Gobierno, dejando de lado las confrontaciones, porque lo único que nos corresponde es ponernos de acuerdo para que Venezuela pueda empezar a recuperarse como nación.

En síntesis, nos guste o no nos guste, cualquier cambio pasa por la aprobación del Gobierno.

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